Pep Guardiola decidió explorar nuevos horizontes y decidió dejar el futbol de Catar para venir a la Liga mexicana con Dorados de Sinaloa, un equipo que en 2006 peleaba el descenso, pero el “Gran pez” hizo una gran labor de enamoramiento y fichó al astro del Barcelona.
De inmediato el futbol mexicano tenía todos los reflectores del mundo, Juan Manuel Lillo, su compatriota fue quién convenció a Guardiola de venir a un terreno desconocido para el histórico culé.
Sebastián Abreu confirmó el la obsesión de Guardiola por la táctica y la estrategia, pues a decir del uruguayo cuando terminaban de entrenar de inmediato Pep salía a buscar la libreta para hacer las anotaciones.
El español jugó 793 minutos en 10 partidos y anotó un gol con los de Sinaloa en 2006. Al final de su aventura por México, Pep no logró la encomienda de salvar del descenso a Dorados y quizá consumó el peor fracaso de su carrera, la noche de aquel 29 de abril del 2006 fuimos testigos de la despedida de Guardiola y Dorados de la máxima categoría del futbol mexicano.