Ciudad de México.- Una tarjeta amarilla o roja es usada en muchos deportes como medio de advertencia o sanción a un jugador. Estas tarjetas son comúnmente utilizadas por los árbitros para indicar que un jugador ha cometido una falta.
¿Pero qué pasa si el propio silbante es quien se auto expulsa?
Esta es la historia de Andy Wayn, árbitro Inglés.
En enero del 2005, se enfrentaban los equipos del Peterborough North End en contra del Royal Mail AYL, de la Liga Dominical de Inglaterra.
El portero del North End, Richard McGaffin, comenzó a protestar airadamente, porque a su equipo se le había negado un tiro libre y además por un gol, que a su juicio, no era legal. El árbitro Andy Wayn, en vez de expulsarlo, golpeó al jugador. Aunque inmediatamente se dio cuenta del error, él mismo se mostró tarjeta roja y se fue.
El silbante de entonces 39 años, reconoció que su reacción no fue la indicada y que no debió haber pitado ese partido, ya que en días previos, había muerto su suegro y su esposa estaba enferma.
Además , dijo lo siguiente: “Fue muy poco profesional. Si un jugador hubiera hecho esto lo habría expulsado, así que tuve que irme. Escuché al portero decir ‘siempre es lo mismo contigo, árbitro’, fue la gota que colmó el vaso, pero luego fui capaz de calmarme”.
