El Clásico de Inglaterra se juega entre Manchester United y Liverpool. Mientras que una de las rivalidades más fuertes en el país británico es el Derbi de Manchester, entre United y City. Esta tarde, Manchester United forzosamente beneficiará a uno de sus máximos rivales y a la par, perjudicará al otro.
En Old Trafford, los Red Devils reciben al Manchester City de Pep Guardiola. Los “Citizens” van en segundo lugar de la Liga Premier, a dos puntos del Liverpool pero con un juego menos. Si el United es derrotado por su rival de ciudad, el City ascenderá al liderato. Pero si se imponen los dirigidos por Solskjaer, entonces el Liverpool conservará la cima de la clasificación. En caso de empate, los “Reds” también se mantendrían en el liderato, pero con un solo punto de distancia sobre el City.
Este juego prácticamente definirá al campeón de Inglaterra, ya que ni al Liverpool ni al City les quedan rivales de peso por enfrentar en los tres juegos restantes. Manchester United no puede permitirse ser únicamente el “sombrero seleccionador”, ya que ellos también se están jugando algo de suprema importancia: el pase a Champions League. Los Red Devils necesitan los tres puntos para alcanzar al Chelsea en la cuarta posición de la Premier League, de los contrario se rezagarían en la quinta o sexta plaza (únicamente clasificatorias a Europa League).
Hace algunas temporadas que Manchester United perdió la supremacía en el balompié inglés, pero hoy recupera un poder: el de la definición del título. Le puede otorgar al Liverpool su primera Liga Inglesa en 29 años, o a Pep Guardiola su segunda Premier League con los Citizens.
Por: Jorge Pinto