Río de Janeiro, Brasil.- No hay nada más bello que ver a tu equipo jugar una final. Las emociones a flor de piel, las lágrimas se derraman y los nervios aceleran los latidos del corazón. Este es el caso de los aficionados del Flamengo, que tras una espera de 38 años, volverán a la final de la Copa Libertadores.
En las gradas del estadio, una cámara capta a una señora en un mar de lágrimas. Mientras otra aficionada, quien parece ser su hija, la consuela, la abraza y grita el nombre de su equipo.
El flamante equipo brasileño no es poca cosa, ya que desde hace mucho tiempo, las estadísticas marcan que es el equipo con más aficionados en el mundo. Sin embargo, la máxima gloria del futbol sudamericano, la Libertadores se le ha negado y solamente se ha coronado en una ocasión, en 1981.