La Selección de Francia regresó a su país con la Copa del Mundo en sus manos y fueron recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente Emmanuel Macron y su esposa, para continuar este lunes los festejados que no han parado desde que el cuadro galo venció a Croacia en la Final del Mundial.
Por la tarde del lunes en Francia, el combinado arribó al Aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, presentándose con el capitán Hugo Lloris al frente y con la Copa en sus manos, desatando la euforia de un país que sólo había vivido algo similar hace 20 años cuando organizaron el Mundial de 1998.
Los Blues desfilaron entre todos los franceses en un día en el que los trabajadores se ausentaron de sus oficinas para celebrar.
Toda la Selección incluyendo al cuerpo técnico asistió al Palacio del Elíseo donde el presidente Macron y su esposa Brigitte Macron celebraron con el conjunto.
El primer mandatario de Francia ya había festejado a lo grande el domingo en el Estadio Luzhniki cuando los futbolistas galos dieron cuenta de Croacia por 4-2 en el Mundial de Rusia 2018.