Tanto que Samuel García criticó a “El Bronco” porque decía que había abandonado a los regios para buscar la presidencia en 2018, y él hizo lo mismo.

Tal vez lo de Samuel es peor, porque apenas lleva dos años en el cargo y además provocó una crisis política en el estado del norte.

Y encima, Samuel García representa el ejemplo perfecto de los peores vicios de la clase política mexicana: una clase política mentirosa, embustera, traicionera y gandalla. Una clase política que al final sólo ve por sus intereses y no por el de los ciudadanos.

Sin embargo,la culpa también es nuestra, porque somos nosotros mismo quienes estamos eligiendo a estos gobernantes, quienes les damos nuestro voto y nuestra confianza.

La cosa es muy clara: si queremos tener buenos gobernantes, primero tenemos que dejar de elegir a los malos. Y para esto, un primer paso es nunca -pero NUNCA- olvidar cuando un político nos traiciona, nos roba, nos miente o nos engaña.... Date Cuenta.