Santiago, Chile.- La Conferencia Episcopal de Chile emitió una declaración, tras una reunión de tres días, donde los obispos pidieron perdón a las “víctimas y sobrevivientes” de abusos sexuales cometidos por religiosos católicos.
Tras la asamblea plenaria extraordinaria realizada en la localidad de Punta de Tralca, 115 kilómetros al noroeste de Santiago, los obispos señalaron en el texto que “hemos fallado a nuestro deber de pastores al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes”.
“A veces no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos ‘abusos sexuales, de poder y de autoridad’ y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes”, precisó la declaración leída por el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva.
La reunión de los obispos tuvo por objetivo central abordar la situación que vive la Iglesia católica a raíz de los “graves casos de abuso” cometidos por religiosos en los últimos años, muchos de los cuales se encuentran judicializados.
“Queremos expresar también nuestro arrepentimiento ante quienes han acompañado a las víctimas, a sus familias, a quienes han realizado responsablemente esfuerzos por buscar la verdad, la justicia, la reparación y la purificación”, indicó.
El texto acotó que “reconocemos que no siempre supimos acoger en todas las instancias eclesiales las orientaciones del Consejo Nacional de Prevención para abordar oportunamente los casos de abuso sexual”.
“Nuestras faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad, han afectado la comunión eclesial y han dificultado la conversión y minado la esperanza. De ningún modo hemos querido causar ni agravar el daño producido”, precisó la declaración de los obispos.
Señalaron que “queremos expresar nuestra cercanía a todos los hombres y mujeres laicos, religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes que viven la conmoción por estos graves y contradictorios episodios y, desde el sufrimiento compartido, no han dejado de anunciar su fe en Cristo”.
Reconocieron que “algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial”. Los religiosos chilenos también dieron a conocer una serie de decisiones y compromisos, entre ellos “la plena voluntad de colaborar con el Ministerio Público en la entrega de los antecedentes sobre abuso sexual a menores de edad”.
También anunciaron que se dará a conocer en forma pública los nombres de todos los religiosos involucrados en abusos, además de “toda investigación previa sobre presunto abuso sexual de menores de edad” cometido por religiosos y se creará el Departamento de Prevención de Abusos, el cual podrá recibir denuncias.
Entre los compromisos destacan “incrementar nuestra disponibilidad para encontrarnos personalmente, cada obispo, con víctimas de abusos cometidos por clérigos de nuestras jurisdicciones que estén dispuestas a hacerlo, para acogerles y escucharles”.
“Nos comprometemos a seguir promoviendo la formación permanente en prevención de abusos de todo el personal consagrado y agentes pastorales de las diócesis, y la acreditación de formadores”, agregó.
También los obispos se comprometieron a “hacer una mirada autocrítica de los aspectos estructurales de nuestras diócesis que permitieron la ocurrencia y perpetuación del abuso en la iglesia para que estos hechos nunca más se vuelvan a repetir”.
La Iglesia católica chilena vive una crisis luego que se revelaran varios casos de abusos sexuales cometidos por religiosos en los últimos años, los que son investigados por la justicia respecto de los autores y encubridores de los hechos.
Tras una reunión extraordinaria con el Papa Francisco en El Vaticano para abordar esta crisis, todos los obispos chilenos renunciaron a sus cargos, lo que generará una importante renovación en la cúpula de la Iglesia católica local.
