Irak y Arabia Saudita reabrieron este miércoles 18 de noviembre su frontera terrestre por primera vez en 30 años, con vínculos comerciales más estrechos entre los dos países que irritaban a los aliados del rival de Riad, Teherán.
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Altos funcionarios, incluidos el ministro del Interior de Irak y el jefe de su comisión fronteriza, viajaron desde Bagdad para abrir formalmente el cruce de Arar.
Todos los asistente se encontraban con cubrebocas, y cortaron una cinta roja en el cruce fronterizo mientras una línea de camiones de carga esperaba detrás de ellos.
Arar estará abierto a bienes y personas por primera vez desde que Riad cortó su relación diplomática con Bagdad en 1990, luego de la invasión de Kuwait por el exdictador iraquí Saddam Hussein.
Los lazos se han mantenido inestables desde entonces, pero el actual primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhemi, tiene una estrecha relación personal con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman.
Kadhemi iba a viajar a Arabia Saudita en su primer viaje al extranjero como primer ministro en mayo, pero la visita fue cancelada en el último minuto cuando el rey saudí, Salman, fue hospitalizado.
Todavía tiene que hacer el viaje, aunque los ministros iraquíes han visitado Riad para reunirse con sus homólogos y una delegación saudí de alto nivel viajó a Bagdad la semana pasada.
Bagdad ve a Arar como una alternativa potencial a sus cruces con el vecino oriental Irán, a través del cual Irak aporta una gran parte de sus importaciones.
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Los dos estados árabes también están explorando la reapertura de un segundo punto fronterizo en Al-Jumayma, a lo largo de la frontera sur de Irak con el reino saudí.
