El Centro para la Diversidad Biológica informó que una agencia federal de Estados Unidos designará el próximo año el “hábitat crítico”, conformado por océano y costa de Alaska, destinado a la protección de las especies de foca barbuda y anillada que se encuentran amenazadas.
Ambas también habitan en los mares de Bering, Chukchi y Beaufort, así como en el Ártico y están actualmente clasificadas como amenazadas en virtud de la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
En un comunicado, el Centro explicó que se espera que se tome una decisión antes de septiembre de 2020, la cual incluiría evitar la pérdida del hielo marino en la zona y que la protección se extienda por un período más largo a medida que los gobiernos a nivel mundial encuentren soluciones que frenen el cambio climático.
Las focas barbudas se enfrentan a la acelerada reducción de hielo que pone en peligro su capacidad de crianza y a la poca abundancia de sus alimentos en zonas poco profundas del mar de Bering.
Mientras que las focas anilladas dan a luz en cuevas construidas sobre el hielo marino, sin embargo, el calentamiento global está reduciendo la cantidad de manto de nieve en estos espacios, lo que deja a los cachorros vulnerables a la muerte por congelación o depredadores.
Además, ambas especies marinas son vulnerables a los derrames de petróleo, por lo que la designación de un “hábitat crítico” protegido otorga más del doble de probabilidades de que sobrevivan.
Desde 2008 esta organización sin fines de lucro solicitó por primera vez proteger a estas focas y no fue hasta la administración del expresidente Barack Obama que las catalogaron como especies en peligro en 2012.
De junio de 2018 a septiembre de 2019 se hallaron muertas unas 300 focas de diferentes especies en Alaska y las costas del Ártico, cinco veces más que el promedio de varamientos que es de 29 ejemplares al año, detalló el Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS, por sus siglas en inglés).
