Recorte del 97% al FPGC pone en riesgo cerca de 8 mil vidas de pacientes con cáncer
¡Una sentencia de muerte! Miles de pacientes con cáncer infantil, mama y cervicouterino no tienen acceso a tratamientos vitales por recortes al FPGC.
El dolor invade a Marisela Núñez, mientras se encuentra afuera del Instituto Nacional de Cancerología de la Ciudad de México. Su tía acaba de morir a causa de cáncer de colon, el tercer tipo de tumor maligno más común entre los mexicanos, según la Secretaría de Salud Federal.
Más allá de la tristeza, la familia Núñez siente impotencia: “Nos dijeron que le iban a hacer una radioterapia, pero los aparatos no están en función”, relata Marisela. “Pagamos nuestros impuestos, pobres de los doctores del instituto, ellos sufren y luchan, pero el presupuesto no está”.
Más de 20 mexicanos mueren al día por cáncer colorrectal
Pese a que las alarmantes cifras del Observatorio Global de Cáncer revelan que 22 mexicanos mueren a diario por cáncer colorrectal, el gasto para atender este tipo de enfermedades, consideradas catastróficas, es nulo.
“Todavía el primer año de Insabi se reportaba, no solo el presupuesto que se destinaba a estas enfermedades, sino también el número de personas que se atendían; después de 2021 dejaron de publicarse los datos”, denuncia Judith Méndez, especialista en salud y finanzas pública.
FPGC sufrió un recorte del 97% en 2021, dejando casi 8 mil vidas en riesgo
Organizaciones como México Evalúa detectaron que en 2021 hubo un recorte del 97% al Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) lo que impidió pagar 7 mil 900 tratamientos para pacientes sin seguridad social, afectando principalmente a aquellos con cáncer infantil, de mama y cervicouterino.
La familia Núñez no es la única víctima de estos recortes, porque cientos de familiares de pacientes con cáncer exhiben las consecuencias de la falta de recursos: “Se debería de gastar muchísimo más en la salud. Hay muchos gastos que ellos hacen innecesarios, que mejor deberían implementarlo en este tipo de instituciones”.
Mientras tanto, son las familias quienes asumen la carga económica en la lucha por salvar la vida de sus seres queridos. La historia de Marisela y su tía es solo una de las muchas que se viven a diario en las puertas del Instituto Nacional de Cancerología. Un reflejo de la urgente necesidad de un sistema de salud pública eficiente, transparente y que priorice la vida y el bienestar de los mexicanos.
