Tyson Fury salió motivado, poderoso y seguro de su trabajo en Las Vegas, maniatando a su antojo a Deontay Wilder en siete asaltos para robarle el cinturón de los pesos completos del Consejo Mundial de Boxeo.
Por nocáut técnico, el de Manchester, Inglaterra se agenció el cinturón verde y oro, en la pelea de revancha en la que se esperaba una guerra, pero no una definición y dominio como se presentó.
Los dos pugilistas llegaron como invictos, pero sólo uno salió con esa etiqueta, quedando Wilder con la manchita por la derrota y el tropiezo en su hoja de trabajo.
En el combate, Fury tiró a su rival en tres ocasiones, las suficientes para que el tercero sobre la superficie, detuviera el zafarrancho al no encontrar reacción y defensa del hasta entonces titular del fajín del CMB.