Los boxeadores que quedaron ciegos | El Dictado

En el pasado, cuando no había tantas medidas preventivas en el boxeo, varios de los mejores pugilistas perdieron la vista

Azteca Deportes
EL dictado: Análisis y Opinión

En el pasado del boxeo, cuando no había tantas medidas preventivas, hubo muchos boxeadores que se quedaron ciegos o casi ciegos, a consecuencia de repetidas lesiones oculares.

Sam Langford, el fabuloso peleador negro al que jamás dejaron enfrentar a un blanco, peleó más de 200 veces y vivió los últimos años de su carrera un punto menos que ciego.

A los 45 años de edad peleaba sin la vista del ojo izquierdo y con muy escasa percepción en la pupila derecha.

En tiempos más cercanos tenemos el caso de Mauro Mina, tal vez el mejor boxeador que ha dado el Perú. Peleó muchas veces con una pupila desprendida, se sometió a una complicadísima cirugía que no funcionó y entonces debió retirarse.

Así podemos hablar de numerosos boxeadores que han sufrido por esta misma causa. En El Dictado les platico los detalles, así como la evolución que ha habido para erradicar este tipo de padecimientos.

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