La inversión masiva de Arabia Saudita en el deporte global ha captado la atención en los últimos años. Con acuerdos millonarios en múltiples disciplinas y una influencia cada vez más visible, el reino petrolero está a punto de coronar sus esfuerzos al ser confirmado como anfitrión del Mundial 2034.
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Sin embargo, esta creciente influencia plantea serios cuestionamientos sobre la gobernanza en el deporte, según destaca un reciente informe de Play The Game, un instituto danés de ética deportiva.
Una estrategia multimillonaria y controvertida
Arabia Saudita ha invertido decenas de miles de millones de dólares en diversos deportes, desde futbol y golf hasta boxeo y tenis.
Más de 900 acuerdos de patrocinio han sido rastreados, y un tercio de ellos están vinculados al fondo soberano saudí, valuado en 925 mil millones de dólares.
Esta red de inversiones tiene un objetivo claro: fortalecer la imagen del país y consolidar su presencia en la escena deportiva global, especialmente con miras al Mundial 2034.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ha estrechado lazos con el príncipe heredero Mohammed bin Salman desde 2018, a pesar de las críticas internacionales sobre los derechos humanos en el país. Según Stanis Elsborg, de Play The Game, la estrategia saudí busca desviar la atención de estos problemas:
Revela la tensión entre los ideales del deporte y las realidades del poder, el dinero y la política
, señaló en el informe.
El proceso rumbo a 2034
La FIFA publicará una evaluación interna sobre la candidatura saudí, destacando más elogios que críticas. Aunque se han señalado problemas laborales en la construcción de estadios, el proceso parece diseñado para que Arabia Saudita sea el único candidato viable.
Se espera que más de 200 federaciones miembros confirmen la elección en una reunión virtual el 11 de diciembre.
Además, casi 50 votantes ya tienen acuerdos comerciales con la federación saudí, mientras que confederaciones como la CONCACAF y la africana han firmado convenios con empresas estatales saudíes, como Aramco.
Esta petrolera también es patrocinadora global de la FIFA, con un acuerdo de más de 100 millones de dólares anuales hasta 2027.
¿Deporte y política separados?
La influencia saudí ha generado debate sobre la relación entre deporte y política. Dan Plumley, experto en finanzas deportivas, señala que esta separación es imposible:
Vivimos en una utopía si pensamos que el deporte y la política pueden separarse. Siempre hay poder, influencia y dinero que dictan la dirección
, comentó.
El Mundial 2034 será la culminación de años de inversiones estratégicas. La pregunta que queda en el aire es si los ideales deportivos podrán coexistir con esta nueva realidad de poder global.
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