La pregunta vuelve a tomar fuerza en América Latina y entre la comunidad latina en Estados Unidos: ¿puede Colombia tener un Gran Premio de Fórmula 1? Según el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, la respuesta ya no parece tan lejana. El mandatario confirmó que emisarios de la Fórmula 1 visitaron la ciudad hace apenas dos semanas, un movimiento que reaviva el sueño de llevar el Gran Circo al Caribe colombiano.
Barranquilla lleva años intentando posicionarse como sede de un Gran Premio de Fórmula 1, con la ambición de convertirse en el tercer circuito de Latinoamérica, junto a Ciudad de México y Sao Paulo. Esta vez, el mensaje desde la alcaldía es claro: hay interés real y un camino trazado.
La Fórmula 1 volvió a mirar a Barranquilla
Alejandro Char aseguró que representantes de la Fórmula 1 recorrieron la ciudad para evaluar la viabilidad del proyecto. Incluso, ya existe un diseño preliminar del trazado, el cual correría de forma paralela al río Magdalena, atravesando zonas emblemáticas como el malecón y pasando frente a la estatua de Shakira, uno de los símbolos culturales más reconocidos de la ciudad.
Para una urbe de 1.3 millones de habitantes, la llegada de la Fórmula 1 significaría un impacto turístico, económico y mediático de escala mundial. En Estados Unidos, donde viven millones de colombianos y latinos apasionados por el automovilismo, la posibilidad de un Gran Premio en Colombia ha generado entusiasmo inmediato en redes sociales.
Hasta ahora, la FIA no ha confirmado oficialmente la visita, pero el antecedente existe: en 2022, el propio CEO de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, estuvo en Barranquilla evaluando el proyecto.
Política, dinero y una firma que nunca llegó
El sueño ya estuvo cerca de hacerse realidad. El exalcalde Jaime Pumarejo reveló que el proyecto se frenó por falta de respaldo del Gobierno nacional. El legendario Juan Pablo Montoya, mediador clave en las negociaciones, fue aún más contundente: “solo faltó una firma”.
Hoy, el contexto parece distinto. La Fórmula 1 sigue buscando nuevos mercados, y Colombia representa una plaza atractiva por su afición creciente, ubicación estratégica y proyección regional. Aun así, los retos son enormes: inversión pública, aval político y aprobación definitiva de la FIA.
Por ahora, Barranquilla vuelve a soñar. Y Latinoamérica, también.