Diego Armando Maradona, del potrero a la gloria y de la cima al infierno

Diego Armando Maradona jugaba en un potrero polvoriento de su barrio, años más tardes, brillaría en las canchas más notables del futbol Mundial en América y Europa.

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Carrera de Diego Armando Maradona

El quinto de los hijos que tuvo el matrimonio del albañil Diego Maradona y la ama de casa Dalma Salvadora Franco, “El Pelusa”, nació el 30 de octubre de 1960 en Villa Fiorito, un asentamiento de bajos recursos en el sur del área metropolitana de Buenos Aires, Argentina.

A los 10 años, mientras jugaba a la pelota en un polvoriento potrero de su barrio, Maradona fue descubierto por el reclutador Francisco Cornejo del club Argentinos Juniors, a la postre, su alma máter. Cinco años después, en 1976, estaba debutando en la primera división del equipo, cuyo estadio ahora lleva su nombre.

La explosión de Diego en Argentinos Juniors provocó su fichaje en Boca Juniors en 1981.

De ahí en más, la carrera del joven futbolista solo fue creciendo hasta tocar la gloria absoluta. Un año después debutó en el fútbol europeo en el mítico Barcelona, pasando en 1984 al Napoli de Italia, equipo al que le dio las principales hojas de su historia y por las que fue nombrado como “jugador histórico” del club. Maradona también llevó a la selección argentina a lo más alto en un Mundial.

Fue el capitán del último equipo albiceleste que levantó una Copa del Mundo, en México 1986. Por ese hito quedará marcado dentro de los grandes íconos deportivos de la historia argentina. La calidad futbolística de Maradona a lo largo de ese torneo, donde marcó 5 goles, lo consagró el como mejor jugador del mundo y para algunos, el más grande de la historia, dejando una huella histórica en el partido contra Inglaterra en cuartos de final, donde “el Pelusa” anotó dos tantos inolvidables en el triunfo 2-1 de Argentina. Tras el conflicto armado de 1982 entre Argentina e Inglaterra por las Islas Malvinas -las cuales continúan bajo dominio británico-, el partido entre ambos países estuvo cargado de simbolismos y una tensión que excedían al encuentro deportivo.

A los 5 minutos del segundo tiempo, luego de un rechazo defectuoso de un defensor inglés, Maradona y el arquero británico Peter Shilton disputaron en el aire un balón, el cual el capitán argentino golpeó con su puño izquierdo para que entrara en la valla de Inglaterra. “Lo juro por lo que más quieras, salté junto a Shilton pero le di con la cabeza”, dijo el “10" tras el partido en el imponente estadio Azteca ante más de 100 mil aficionados.

“Lo hice con la cabeza de Maradona, pero con la mano de Dios”, agregó, acuñando la expresión con la que el famoso gol sería recordado ante la reacción atónita de cientos de periodistas. Años más tarde, Maradona reconoció que el gol fue con la mano. El segundo gol argentino en ese partido se produjo pocos minutos después de la apertura del marcador. Maradona recibió el balón en propio campo argentino y tras eludir a cuatro rivales, superó a Shilton en el área inglesa para marcar lo que, de acuerdo a una votación organizada por la FIFA, fue “el gol del siglo”.

Liderada otra vez por Maradona, Argentina llegó nuevamente a la final del siguiente Mundial, en Italia 1990. Maradona jugó gran parte de ese torneo con una lesión en el tobillo izquierdo y el equipo sudamericano perdió el encuentro definitorio con Alemania Federal por 1-0, en lo que resultó un partido polémico por las decisiones arbitrales.

DE LA CIMA AL INFIERNO

Sin embargo, no fue todo laureles para Diego Armando Maradona, al que le costó caro ser “dios”. Tras tocar el cielo con las manos en México 1986 se adentró poco a poco en un infierno del cual, algunos dicen, nunca pudo salir. Con la fama mundial llegaron vicios que se transformaron en excesos, generaron en el camino polémicas y peleas. La adicción a la cocaína fue lo que llevó rápidamente al final de su carrera futbolística.

Diego ya había sido acusado en Italia de tener una convivencia amistosa con la mafia local y en 1991 fue suspendido por un año del Napoli por dar positivo en cocaína en una prueba antidopaje. Una segunda sanción por consumo de sustancias prohibidas se produjo en 1994, cuando Maradona fue expulsado por la FIFA del Mundial de Estados Unidos tras dar positivo en un control por cinco derivados de la efedrina, un hecho que golpeó fuerte al conjunto albiceleste y a los argentinos. “Me cortaron las piernas”, dijo en una entrevista al borde de las lágrimas Maradona, que acusó al ente regulador del fútbol de manipular la muestra. “Yo no tomé ninguna sustancia como para que la FIFA me deje afuera de este Mundial”, insistió el ‘Barrilete Cósmico’.

El último partido como futbolista de Maradona fue en octubre de 1997, jugando para el equipo del que fue hincha y en el que volvió a jugar en 1995, Boca Juniors. Tras vencer a su histórico rival River Plate de visitante por 2-1 anunció su retiro del profesionalismo el mismo día que cumplía 37 años. Alejado del campo de juego, Maradona se convirtió en una sombra de lo que alguna vez fue.

Tras llegar a pesar 126 kilos y someterse a un “bypass” gástrico, pasó por diversas complicaciones de salud. En 2000 casi muere en Uruguay a causa de una crisis hipertensiva y una arritmia ventricular, provocadas por exceso de cocaína en la sangre. “Hasta ahora he vivido 40 años pero que valen por 70.

“Realmente me sucedió de todo. De un golpe salí de Fiorito y fui a parar a la cima del universo y allí me las tuve que arreglar yo solo”, dijo en entrevista en 2000. Tras tocar fondo pasó por largos procesos de rehabilitación en Argentina y Cuba, donde estrechó su amistad con el fallecido líder cubano Fidel Castro.

Esta relación lo llevó a cimentar su ideología izquierdista y lo acercó a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Cristina Fernández en Argentina.

Descanse en paz, Diego Armando Maradona.

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