A casi tres meses de la muerte del campeón mundial en México 1986, se siguen presentando testimonios que desnudan como Maradona transitó los últimos días de su vida. El conflicto no cesa y la paz parece que no le llegará pronto al Pelusa.
La fiscalía encargada del caso citó a declarar a Griselda Morel, psicopedagoga de Diego Fernando, el hijo menor del astro del futbol mundial. El relato de Morel, deja mal parados a los encargados de cuidar a Maradona durante el tiempo que vivió en la casa en la que se rehabilitaba de la cirugía de cráneo a la que fue sometido y en la que finalmente falleció.
“Monona (la cocinera que intentó resucitar al 10) nos empezó a contar que, por ejemplo, uno de los custodios, no dijo cuál, le pisaba las pastillas y se las ponía en la cerveza para que no jodiera de noche. Como no dormía, hacía eso con las pastillas a demanda de Diego. Todo era a demanda de Diego. Si Diego se levantaba a las 9 de la mañana y pedía cerveza, se la daban”, aseguró la psicopedagoga del hijo de Maradona y de Verónica Ojeda.
Psicóloga declara que Maradona no quería recibir a nadie
Sobre la última vez que vio a Maradona, la psicóloga declaró que Maradona
no quería recibir a nadie, que apenas lo pudo ver y que estaba tan hinchado que no se le distinguía bien la cara.
No hay que olvidar, que, además de estarse rehabilitando de la cirugía para evacuar un hematoma subdural, Diego también enfrentaba un proceso para recuperarse de su adicción al alcohol. Pero de acuerdo con los dichos de Morel, en sus últimos días quienes lo rodeaban no cumplieron con ninguna de las órdenes de los médicos para evitar que consumiera bebidas alcohólicas.
Finalmente, tras referirse a que la casa siempre estaba hecha una “mugre”, la psicopedagoga contó una historia que deja claro la falta de interés que había por el bienestar de Maradona. “Una vez Diego tenía como una quemadura del omóplato hasta el intercostal. Charly decía que era normal que Diego se cayera, que estaba acostumbrado.”