Dios visitó el Estadio Azteca aquella tarde del 22 de junio de 1986, justo hace 34 años. Diego Armando Maradona se levantó dentro del área para darle un puñetazo a la pelota cuando salía el guardameta inglés Peter Shilton y dirigir el balón al fondo de las redes.
En milésimas de segundo la historia registró uno de los acontecimientos más polémicos del deporte: “La mano de Dios”. México y su Copa del Mundo atestiguaron la trampa o genialidad de un futbolista fuera de serie, un todopoderoso con el balón que por sí solo llevó a la selección Argentina a la conquista del título.
Vale mucho la pena recordar ese gol, a los 51 minutos de juego, con el relato de periodista y locutor uruguayo Víctor Hugo Morales, radicado desde 1981 en Argentina.
Tiene la pelota Argentina y el partido ¿para cuándo Argentina el gol? ¡Vamos muchachos! La pelota viene para Batista, Batista para Enrique; Enrique cambia para el Vasco, allá viene para Olarticoechea que lo tiene a Diego como número 10, a Giusti como número 9, a Burruchaga de 8 y a Valdano de 7, la pelota va para Maradona, Maradona puede tocar a Enrique, siempre Maradona, hace un dribling, se va entre tres, siempre Diego ¡genial!¡genial!!genial! tocó para Valdano, entró Maradona… pareció mano… ¡gol! ¡goooooooool!¡gooooooooooooooooool! ¡gooooooooooooooool! Argentina y el gol. Diego Armando Maradona, él fue a buscar después de la jugada maravillosa, un rechace para atrás, saltó con la mano para mi para convertir el gol, mandando la pelota por arriba de Peter Shilton, el línea no lo advirtió, el árbitro lo vio desesperadamente mientras los ingleses entregaban todo tipo de justificadas protestas. Para mi el gol fue con la mano, lo grito con el alma pero tengo que decirles lo que pienso, solo espero que me digan desde Buenos Aires que están mirando el partido por televisión ahora mismo por favor si fue válido el gol de Maradona o que el árbitro lo vio. Argentina está ganando 1-0 pero Dios me perdone lo que voy a decir: contra Inglaterra, hoy, aun así, con un gol con la mano, que quiere que le diga
Diego señaló que “en el primer gol Shilton pensó que yo iba a chocar contra él, eso es lo que pasa en esas jugadas, siempre; pero yo me hice chiquito y salté, no sabía si iba a llegar, tampoco si me lo iban a cobrar, pero no lo iba a dejar pasar”, reconoció para el portal de noticias Infobae.
Maradona consagró una tarde inolvidable en el Coloso de Santa Úrsula ante casi 115 mil personas. Después de esa jugada que encendió la mecha del azteca, el astro argentino iba a regalar uno de los goles más hermosos de las Copas del Mundo. Una picardía, una genialidad, un poema, una obra de arte; la octava maravilla del mundo. Un gol grabado en la memoria del deporte por los siglos de los siglos.
“Enrique engancha la va a tocar Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del futbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga… ¡siempre Maradona! ¡genio! ¡genio! ¡genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta… ¡goooooooool! ¡gooooooooool! ¡quiero llorar! ¡Dios santo, viva el futbol! ¡golazooooooo! ¡Diegoooooooo! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme… Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos… Barrilete cósmico… ¿De qué planeta viniste para dejar para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina 2 – 0 Inglaterra. ¡Diego, Diego, Diego Armando Maradona! ¡Gracias Dios por el futbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2 – 0 Inglaterra”, se escuchó en el gran relato de Víctor Hugo Morales.
Maradona dijo para el mismo medio, que hace unos días había visto otra vez el partido y volvió a emocionarse con el segundo gol a los ingleses.
“Y siempre le encuentro algo nuevo: la mala salida de Shilton o el pase del ‘Negro’ Enrique. Porque joden con eso, pero ahí arranqué yo. Otro por ahí la tiraba a la mierda pero él me vio y me dio la pelota. Con el tiempo dije que el segundo gol a Inglaterra fue para que después no digan que les había hecho un gol con la mano, ja. Creo que fue justo para eso, así no tenían excusas”.
Esa tarde en el Azteca es imborrable para todos los que la vivimos. Maradona confirmó que era realmente D10S, que estaba por encima de todos los seres terrenales; nada ni nadie como Diego. En México 86 el mundo se puso a los pies del Diego, un personaje único e irrepetible; un hombre que empujó a Argentina con su increíble zurda a la máxima gloria del futbol.
