América tiene que agradecerle a Ricardo Peláez por estar en semifinales. Sí, al director deportivo de la Máquina, ¿pero por qué?
El protagonista azulcrema en la vuelta de los cuartos de final fue Agustín Marchesín. El portero argentino realizó dos extraordinarias intervenciones para evitar un par de goles casi seguros: la primera al ‘38, cuando reculó y atajó a contramano el disparo de José Madueña. La segunda al minuto 94; Pablo Aguilar cabeceó potente y raso, Marchesín recostó y contuvo sin siquiera dar rebote. Si alguno de estos dos intentos hubiera culminado en gol, América habría sido eliminado de la Liguilla.
La memoria en el futbol es corta; ¿recuerdan cómo llegó Agustín Marchesín al América?
Durante el Apertura 2016, Moisés Muñoz y Hugo González mantenían una pelea aguda por la titularidad de la meta azulcrema; ambos se encontraban en un gran momento deportivo. Era evidente que el perdedor de esa lucha saldría del equipo al final del torneo, ya que el nivel que mantenían les permitiría ser titular en cualquier otro club. Lo que no era esperado, es que llegara otro portero.
Súbitamente, el entonces Presidente Deportivo, Ricardo Peláez, anunció la contratación de Agustín Marchesín. El argumento de Peláez para este fichaje fue: la necesidad de rejuvenecer y fortalecer al equipo en esta demarcación. Esto le generó un sentimiento de traición a los porteros del club; Hugo González prefirió salir a Monterrey y a Moisés Muñoz no le quedó de otra que irse a Chiapas.
La afición americanista protestó la salida de sus ídolos y la llegada de Marchesín. En ese entonces, el portero argentino acarreaba una mala reputación por haber insinuado que prefería estar en Boca Juniors que jugar en la Liga Mx (con su entonces club, Santos Laguna). Pero con el paso de las jornadas y las buenas actuaciones, fue obteniendo cierta aceptación. Tras 5 torneos, un título de Liga MX y uno de Copa Mx, esa aceptación ya se transformó en respeto y cariño de la afición.
Hoy, Agustín es pieza fundamental del América. Quizá no tiene el carisma ni la esencia de otros guardametas que han pasado por Coapa, pero lo sustituye con efectividad y profesionalismo dentro de la cancha. Si algo queda pendiente de la afición azulcrema hacia Peláez es decirle: “Gracias Ricardo, porque debido a tu visión para contratar, 3 años y medio después pudimos eliminarte de la Liguila”.
Por: Jorge Pinto Tamayo