Basta de atacar a las Chivas. Tregua es lo que requiere el Guadalajara en estos momentos para enfrentar los dos partidos más importantes que tiene el equipo en este primer semestre del 2018 ¿Acaso es tan difícil desprenderse por unas horas de colores y aficiones para apoyar al chiverío? No es una obligación, eso está claro, sería lo ideal.
Chivas ahora representa los intereses del futbol mexicano, el que se resista a creerlo esta cegado por la playera que defiende. Guadalajara busca mantener la hegemonía del balompié nacional en la CONCACAF, seguir por encima del clubes de la MLS; nunca un equipo de la liga estadounidense ha ganado la CONCACAF Liga de Campeones desde que se impuso un nuevo formato en el 2008.
Basta de pegarle al Rebaño de manera sistemática. Ya fracasó en La Liga, ya fue cuestionada y vapuleada la estrategia de utilizar jóvenes de Matías Almeyda; ya se criticó hasta el límite el hecho de haber “tirado la liga”, faltarle al respeto a su afición y al mismo futbol mexicano. Dejemos que pasen los dos partidos de la Concachampions, el resultado final marcará el camino de las alabanzas o el reproche.
Estoy seguro que todos queríamos en el 2001 que Cruz Azul derrotara a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores, situación similar cuando los Tigres alcanzaron la final del mismo torneo frente a River Plate, en el 2015.
Despojémonos entonces de esas coloridas ataduras. Si no apoyamos, no lancemos dardos, mejor emitir buena vibra. Me desmarco del absurdo “solo porque juega con mexicanos”, lo digo únicamente por la vitrina que significa para el futbol mexicano asistir a un Mundial de Clubes.
Juegue como juegue, yo sí quiero que Chivas deje en el camino al Toronto. Por eso entonces #TodosSomosChivas
PorGerardo Melín
@elmagazo
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