Ciudad de México.- Un sueño de todo amante del automovilismo es un “Cavallino Rampante”, un Ferrari. Éste es el equipo más laureado en la historia del deporte motor y el nacimiento del corcel negro se remonta a las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, gracias a Enzo Ferrari.
Su vida siempre fue excepcional, incluso desde su nacimiento. Vio la luz el 18 de febrero de 1898 en Módena, pero su padre, Alfredo Ferrari, no pudo llegar a la oficina de registro de la ciudad por una nevada, su registro fue hasta dos días después, por lo que oficialmente Enzo Ferrari nació el 20 de febrero.
Compró un coche Alfa Romeo para competir, ahí llamó la atención de la marca y le permitieron ser piloto profesional, los éxitos no fueron muchos ni tan importantes, pero tal vez el que mayor trascendencia haya tenido fue uno en el circuito de Savio en Rávena, al ganar fue invitado a casa de la condesa Paolina Baracca, ella le pidió que emplease el símbolo que su hijo Francesco Baracca había usado en su biplano durante la Primera Guerra Mundial y el cuál tomó del primer avión enemigo que derribó en batalla, de un piloto alemán que llevaba el símbolo de su ciudad, Stuttgart, así nació el escudo del Cavallino Rampante.
Siempre ha estado inmiscuida en las rivalidades más memorables del automovilismo, aquella que protagonizó con Ford en las 24 horas de LeMans, o la de Niki Lauda con James Hunt, Prost conra Senna, etc.
A pesar de que por sus filas han pasado los mejores pilotos de la historia, hay un alemán que está por encima de todos, Michael Schumacher 7 veces campeón del mundo con el equipo de Maranelo. Ferrari y su emblemático rojo, es el sueño de casi todos los amantes del automovilismo y un sinónimo de éxito.
Raúl Patiño