Después de la derrota de los Broncos de Denver 31-3 contra los Santos de Nueva Orleans una de las justificaciones podría ser que el equipo no tenia un quarterback nominal sino a uno adaptado debido a que el resto estaban en la lista de reserva COVID-19.
Así que Denver no tenía a Jeff Driskel ni tampoco a Drew Lock, Brett Rypien ni Blake Bortles, reitero porque ninguno de ellos usó cubre bocas.
Fangio explicó como ocurrieron las cosas y por eso me parece pertinente contar la historia completa. Resulta que la unidad de quarterbacks se reunió dentro de las instalaciones de Denver para poder estudiar el martes su sesión de video en preparación al partido contra Los Santos pero ninguno uso cubre bocas, bajaron la guardia, redujeron medidas preventivas, no tenían la distancia mínima requerida y eso les costó.
A Denver le avisaron un día antes del partido que ninguno de sus jugadores estarían disponibles bajo las nuevas implementaciones y reglas COVID-19 de la NFL. Apelaron esa indicación pero perdieron ese recurso y reitero la historia que hoy todos conocemos, Kendall Hinton tuvo que sacar las papas del fuego.