Oaxaca.- El río Atoyac y el río Salado, son los dos afluentes más contaminados de Oaxaca. Sobre sus cauces ya no corre agua limpia, sino un cúmulo de aguas negras que se depositan ahí, procedentes de 34 municipios que se ubican en sus márgenes.
De acuerdo con la Conagua es el factor principal de que el río se encuentre contaminado en un 98 por ciento.
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Miguel Ángel Martínez, Director de la Conagua en la entidad señaló que “están fuertemente contaminados, es decir la carga orgánica que presentan viene de las actividades propias de nuestra vida diaria; cocinas, ir al baño, bañarnos, lo que hacemos regularmente excede lo que se puede considerar como adecuado e incluso para la vida acuática”.
De acuerdo con colonos aledaños a los afluentes, hay ciudadanos que llegan a dejar basura y desechos en la orillas, situación que empeora la contaminación.
“Lo que es en el medio día y en la noche, a partir de las 9 de la noche, empieza a oler mal. La gente pues tira basura, perros muertos, todo lo que sea animal que se muera, ahí van y lo tiran y pues el rio esta muy contaminado realmente”, es lo que asegura Sonia de León, vecina de la zona.
De acuerdo con las autoridades, los municipios también deben ser más responsables con la descarga de sus aguas residuales. De acuerdo con la Conagua deben brindar servicios básicos de agua potable, drenaje, saneamiento y recolección de residuos sólidos urbanos.
Ambos ríos, el Atoyac y el Salado enfrentan esta contaminación desde hace más de 30 años y cada día se agrava más, por lo que apelan la responsabilidad de la ciudadanía.
La contaminación en el Atoyac
La descarga de aguas residuales de al menos unos 34 municipios de Valles Centrales, es el factor principal de que el río se encuentre contaminado en un 98 por ciento, de acuerdo con un reporte del Organismo de Cuenca Pacífico Sur, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El organismo ha detectado hasta 500 mil partes coliformes fecales por un millón de litros en el afluente, producto de las descargas de usos municipales, industriales, comerciales, de servicios, domésticos e incluyen fraccionamientos.
Además, se han identificado por lo menos 200 tiraderos a cielo abierto en municipios cercanos al riachuelo, cuyo tratamiento de los desechos es nulo y los lixiviados que se generan, van a parar a los ríos.
