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Violencia, impunidad y desplazamiento: el saldo de la guerra interna en Sinaloa

La guerra interna del Cártel de Sinaloa no es solo un problema local: es un llamado de atención al mundo sobre la violencia y la impunidad que persisten en México.

Violencia, impunidad y desplazamiento: el saldo de la guerra interna en Sinaloa
Sinaloa protesta por la paz tras un año de violencia y enfrentamientos del narco.
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En julio de 2024, Ismael “El Mayo” Zambada fue detenido en Estados Unidos después de más de cuatro décadas prófugo. Su captura generó un vacío de poder dentro del Cártel de Sinaloa que, meses después, derivó en un conflicto sangriento entre dos facciones: por un lado, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”; y por el otro, los leales a Zambada.

Durante su juicio en territorio estadounidense, el propio Mayo confesó haber sobornado durante 50 años a autoridades mexicanas: policías, militares y políticos.

Sin embargo, en México nunca enfrentó una investigación formal ni mucho menos una orden de aprehensión, lo que expone un escenario de impunidad profunda.

Un año de violencia desbordada en Sinaloa

La guerra interna del Cártel de Sinaloa cumple un año y ha dejado cifras alarmantes:

  • Casi 2,000 personas asesinadas
  • Más de 1,900 secuestradas
  • Alrededor de 1,600 desaparecidas
  • 112 muertos en enfrentamientos armados
  • 57 niños entre las víctimas

La violencia también impactó la vida social y económica. Más de 300 negocios cerraron, se perdieron alrededor de 6 mil millones de pesos, y al menos 90 mil personas fueron desplazadas de sus hogares.

Las escuelas han cerrado con frecuencia, las carreteras se bloquean casi a diario y pueblos enteros viven bajo fuego constante, pese al despliegue de más de 10 mil elementos del Ejército y fuerzas de seguridad.

Protestas y demandas de paz en Sinaloa

La crisis no solo se mide en cifras. El dolor y la indignación también se han manifestado en las calles. En 2024, miles de ciudadanos marcharon en Culiacán y Mazatlán para exigir la renuncia del gobernador Rubén Rocha, señalado por supuestos vínculos con el crimen organizado.

El pasado 7 de septiembre, a unos días de cumplirse el primer aniversario de la guerra, nuevamente miles salieron a exigir paz para Sinaloa, en medio de un panorama de duelo colectivo y desesperanza.

Sinaloa, un recordatorio de la complicidad Estado-crimen

La situación en el estado se ha convertido en un recordatorio doloroso de lo que ocurre cuando el poder del crimen organizado se entrelaza con la complicidad gubernamental. El costo no se mide solo en dinero o territorio, sino en vidas humanas, especialmente de los más jóvenes.