Durante muchos años, el humano ha estado en una búsqueda incansable de vida inteligente en Marte; varias expediciones se han dado a la tarea de explorar el cuerpo celeste para encontrar cualquier indicio de vida. Sin embargo, un niño ruso llamado Boris Kipriyanovich, mejor conocido como ‘Boriska’, asegura haber vivido en el ‘Planeta Rojo’.
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Aquellas revelaciones no han sido las primeras que hizo y llamaron la atención de las personas, ya que Boriska es un chico índigo, por lo que desde antes de los dos años ya era capaz de leer los titulares de los periódicos, en su segundo año de vida ya pintaba como todo un alumno avanzado; cuando fue al jardín de niños, sus cuidadoras quedaron impresionadas por sus talentos y manera de pensar.
Kipriyanovich tiene una memoria extraordinaria y una capacidad asombrosa para retener y absorber nueva información. Sin embargo, sus padres pronto notaron que su hijo obtuvo información de una manera única de otro lugar.
A la edad de 7 años, el pequeño les contó a sus papás acerca de la civilización marciana, sus ciudades megalíticas, naves espaciales y vuelos hacia otros planetas, incluyendo a la Tierra. Boriska aseguró que fue un piloto marciano que a menudo le tocaba venir frecuentemente a nuestro planeta por asuntos de comercio entre su nación y el desaparecido continente de Lemuria (que, según la leyenda, estuvo en medio del Océano Pacífico).
En cuanto a Marte, aseguró que la altura promedio de la gente de su pueblo era de 7 metros, pero no eran la única raza que habitaba dicho planeta; de hecho, eran varias las que se encontraban viviendo en éste y, por lo mismo, cada uno de los linajes tenía sus propias naves espaciales.
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Desafortunadamente, gran parte de la población se involucró en una guerra nuclear, la cual destruyó toda la atmósfera; él asegura que, a pesar de eso, quedaron sobrevivientes que siguen habitando ahí, pero en el subsuelo, y respiran gas carbónico.
