(Reuters) - La tormenta de invierno que paralizó la red eléctrica de Texas se está alejando de la región, pero las temperaturas gélidas permanecen, obstaculizando los intentos del estado estadounidense por restablecer plenamente la energía para sus residentes.
Con 2.7 millones de hogares de Texas todavía sin calefacción el jueves por la mañana, autoridades advirtieron sobre los peligros de un efecto dominó en la infraestructura.
La falta de energía cortó el suministro de agua para millones de personas, tensó más la capacidad de los hospitales para tratar pacientes en medio de una pandemia y dejó aisladas a comunidades vulnerables con carreteras congeladas aún intransitables en algunas partes del estado.
“Esto es, en muchos sentidos, una catástrofe dentro de la catástrofe”, advirtió Lina Hidalgo, máxima responsable electa del condado de Harris, que abarca Houston. “Los efectos en cascada no van a desaparecer”.
Los residentes de más de 100 condados de Texas recibieron la orden de hervir el agua para potabilizarla mientras las plantas de tratamiento siguen afectadas por cortes de energía, según las autoridades.
Más de 12 millones de personas en el estado, el segundo más grande del país con una población de aproximadamente 29 millones, no tienen agua potable en sus hogares o tienen agua potable disponible sólo intermitentemente.
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Con las temperaturas heladas que se esperan hasta el fin de semana, volver a encender las luces será un proceso lento, ya que Texas ha perdido el 40 por ciento de su capacidad de generación, con pozos, tuberías de gas natural y turbinas eólicas congeladas.
Los hospitales de Houston, la mayor ciudad del estado, y de otros lugares de Texas han informado de que no tienen agua. Una veintena de decesos se han atribuido a la ola de frío, pero las autoridades sospechan que muchas más personas han fallecido sin que sus cuerpos hayan sido encontrados.
