Ícela pasa por un momento muy complicado, la suegra la agrede y ofende todo el tiempo, su esposo piensa que está preocupado por el dinero y piensa que es mala idea que su esposa esté embarazada. Ícela se encomienda a Santa Ana para que su hijo esté bien, pero la vida le preparaba más pruebas. Su esposo termina detenido y su suegra está muy enferma y ella será la única que puede ayudarlos.
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