A Cada Quien Su Santo | Abrir los ojos del alma
A Raúl le quedan pocos días de vida y él no lo sabe, tiene un hijo que nunca conoció pero siempre supo de su existencia, su hija se encarga de buscarlo.
Raúl tuvo una historia de amor hace muchos años con Asunción, en ese tiempo él tenía a su esposa pero estaba en coma, ambos empezaron a salir, se enamoraron y Asunción se embarazó; nunca imaginaron que la esposa de Raúl saldría de coma y él regresaría con ella. Asunción decidió alejarse y criar a su hijo por su parte. Tomás creció creyendo que su padre había muerto cuando él era pequeño, todo lo contrario a Leticia, su media hermana, quien sabía de la existencia de Tomás pero no lo había conocido. Raúl está muy grave por la terrible enfermedad de Lupus, así que Leticia decide buscar a su medio hermano para que conozca a su padre antes de que parta de este mundo. Asunción se resiste a que eso suceda y parece que Santa Lucía no está de acuerdo con eso porque se le cae de su pequeño altar. Al final y por azares del destino Tomás conoce a su padre justo antes de que él fallezca y Santa Lucía parece haber perdonado a Asunción. Raúl conoció a su hijo en su lecho de muerte.