Hoy se dio a conocer una muy mala noticia para la ofensiva de los Cardenales de Arizona, el receptor estrella DeAndre Hopkins es sancionado por la liga tras arrojar positivo en un control antidopaje.
El parte oficial de la NFL es:
“DeAndre Hopkins de los Cardenales de Arizona es suspendido sin derecho a percibir su salario los próximos seis juegos de temporada regular tras violar la política de uso de sustancias prohíbidas para mejorar el rendimiento de la NFL. Hopkins podrá participar en todas las prácticas (entrenamientos) y partidos de pretemporada. No se le permitirá regresar al roster activo de los Cardenales hasta que pasen seis partidos de temporada regular”.
El WR DeAndre Hopkins ha sido suspendido 6 juegos por violar la política de uso de PED. (Vía @AdamSchefter) 🚨#NFLEspañol pic.twitter.com/fZg0vbMBUf
— NFL en Español (@NFLEspanol) May 2, 2022
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La sanción viene además aderezada con el “intento” – fallido por cierto- del jugador en tomar un diurético para eliminar cualquier evidencia de su cuerpo del agente prohibido. Así que esto quita cualquier tipo de defensa en contra de la acusación sobre el jugador; ya que es imposible intentar justificar la ingesta de una “barredora” para eliminar evidencia de su fragante falta.
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Ahora los Cardenales deberán rearmarse nuevamente
Con este contexto además de la adición de otro receptor al roster del equipo comienzan a juntarse las piezas del rompecabezas. La organización de los Cardenales de Arizona veía factible una sanción en contra del receptor y por ende tomaron cartas en el asunto; sacrificar una selección del Draft del 2022 en Las Vegas para poder tener a Marquise Brown.
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Específicamente una selección alta, la selección 23 global, el turno 23 para poder elegir a uno de los próximos jugadores de la NFL. Si a la baja de DeAndre Hopkins se le suma la salida del otro receptor (agente libre) Christian Kirk, era indispensable para los Cardenales hacer ese enroque para intentar mitigar las consecuencias a la ofensiva de la ausencia de la estrella.
