Queridos Pumas: ¿A dónde vamos a parar?

Andrés Lillini tiene la obligación de llegar a la liguilla y debe asumir la responsabilidad de abandonar las fuerzas básicas.

Gerardo Melin
EL dictado: Análisis y Opinión

Liguilla. Es lo mínimo que le podemos pedir a Andrés Lillini. Al ser ya el técnico oficial de nuestros queridos Pumas, entonces hay que exigirle que coloque al equipo entre los mejores ocho.

Por lo que hemos visto, está claro que no va a calificar de manera directa, en los cuatro primeros. Si lo hace, ¡caramba, maravilloso!, pero del cinco al doce se van a pelear cuatro lugares, y en esos cuatro tiene que estar Pumas, porque Lillini ya no tendrá el pretexto de “entré porque había urgencias”. ¡No!, el tipo agarró la responsabilidad, muy bien por él. No había otro, todos los que hablaron con Pumas, lamentablemente despreciaron al equipo, no les importó, no les interesó el proyecto, y por eso varios, o todos dijeron: “A los Pumas, no voy”. Terrible.

Pero Lillini tendría que estar dirigiendo las fuerzas básicas, no el primer equipo, a mí no me gustó la decisión, pero ni hablar. Se tapa un hueco, pero se descubre otro. El que está supuestamente formando al nuevo talento, a los nuevos ‘chamacos’, el que les está inyectando la filosofía del Club Universidad, resulta que no está ahí, porque está en otra ‘chamba’ en el primer equipo.

Lo contrataron para ser el de fuerzas básicas, pero resulta que está dirigiendo en la máxima categoría. Es lo que sucede con nuestros queridos Pumas. ¿A dónde vamos a parar? No lo sabemos.

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