Hace un par de días el futbol y el mundo sufrió otro capítulo más de racismo fatal. Seid Visin, excanterano del Milan y el Benevento se quitó la vida después de sufrir agresiones racistas, que finalmente no soportó.
El joven de origen etíope, adoptado por italianos, sacudió a un mundo urgido de cambios humanos, y de una nueva mentalidad. Su adiós provocó indignación y un sismo que ha agitado a muchos.
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Dos días después de encontrar su cuerpo sin vida en su domicilio, fue revelada una carta en donde el que era futbolista del Atletico Vitalica, equipo de futbol sala, narra los motivos de su actuar.
La carta de Seid Visin que sacude al mundo
“No soy un inmigrante, sino que fui adoptado de pequeño. Recuerdo que todos me querían. Allá donde fuese, todos se dirigían a mí con alegría, respeto y curiosidad. Ahora, esa atmósfera de paz idílica me parece muy lejana. Parece que místicamente todo se invirtió.
Después de esta experiencia, algo cambió dentro de mí. Como si me avergonzase de ser negro, como si tuviese miedo de que alguien me confundiese con un inmigrante. Como si tuviese que demostrar a la gente que no conocía que era como ellas, que era italiano.
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He llegado a hacer bromas de pésimo gusto sobre negros e inmigrantes, como si quisiese recalcar que no era uno de ellos. Lo único que explica mi comportamiento era el miedo. El miedo al odio que veía en los ojos de la gente hacia los inmigrantes. El miedo al desprecio que sentía por boca de la gente, incluso de mis familiares, que invocaban con melancolía a Mussolini y al ‘capitán Salvini’.
No quiero mendigar compasión o pena. Solo quiero recordarme a mí mismo la incomodidad y el sufrimiento que estoy viviendo. Yo soy una gota de agua al lado del oceáno de sufrimiento que está viviendo quien prefiere morir a seguir viviendo en la miseria y el infierno. Esas personas que se juegan la vida, y aquellas que ya la han perdido, solo para husmear, para saborear eso que nosotros llamamos simplemente ‘vida’”.
Descansa en paz, Seid.