Genio y figura del futbol mexicano. Luis García no necesita presentación. Ha dejado huella en el balompié azteca, en los medios de comunicación y hoy forma parte de la historia enriquecedora del deporte mexicano.
El exseleccionado nacional comenzó su trayectoria en la Pumas de la UNAM. Debutó en 1986 ante los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara y para la temporada 1990-1991 se convirtió en uno de los ídolos universitarios al derrotar en la final del odiado América para alzar el título de liga.
Ese año y el siguiente se proclamó el máximo romperedes del futbol nacional, con un total de 75 dianas en su cuenta personal en ambas temporadas, hazaña que le valió ser tomado en cuenta por el Atlético de Madrid, en donde comenzó su sólido viaje por Europa.
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El Dr. García formó parte de una gran camada surgida en la prestigiosa cantera de los Pumas. En aquel entonces el cuadro del Pedregal constantemente era la base de la Selección Mexicana. García no fue la excpeción y fue llamado para formar parte del combinado azteca, en donde también destacó.
García Postigo acumuló éxitos vestido de felino. Conquistó la Primera División de 1990-91 y la Concacaf Liga de Campeones de 1989. Además, logró hacerse con el título de goleo en las temporadas 1990-91 y 1991-92, en las cuales también fue elegido como el Mejor Delantero del campeonato.
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Esto fue suficiente para que llamara la atención en el mejor futbol del mundo, en Europa. Tras dejar los vestidores de la máxima casa de estudios, Luis García pasó por el Atlético Madrid, la Real Sociedad, el América, el Atlante, el Club Guadalajara, el Morelia y el Puebla. Nunca volvió a Ciudad Universitaria, pero no queda ninguna duda de que esta institución lo marcó para siempre.
