El deporte y la música tienen algo en común: En gustos y estilos se rompen géneros. Los electrizantes acordes y las apasionadas aficiones hacen corriente alterna y continua, indicio de que el rock sigue vivo al ritmo de la guitarra de Angus Young al celebrar sus 66 primaveras.
“Thunderstuck” es el patrimonio musical de AC/DC y uno de los máximos hits en los estadios (por ejemplo en el Estadio Monumental de River Plate en 2009) desde su salida en el álbum “The Razors Edge” en 1990 (Mientras se corea “Thunder” acompañado del riff de guitarra de Angus). Su efecto es un corto-circuito que hace volar la imaginación al saciar el hambre de triunfo.
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En unos años 70s llenos de clasismo y segregación racial, fue una especie de Jackie Robinson para la música. El espíritu deportivo es clave para derribar las barreras mentales. De ahí nace uno de sus grandes clásicos junto a Tammi Terrell: “Ain’t No Mountain High Enough” (del disco “United” de 1967).
Fue la muerte de la cantante la que lo inspiró a Gaye a probarse con los Leones de Detroit en 1970, gracias a su amistad con los ex jugadores de NFL, Mel Farr Y Lem Barney, quienes también fueron coristas de Marvin en algún punto de su carrera.
Hoy, su legado queda cementado en el que hubiera sido su cumpleaños 82 este 2 de abril, sorprendentemente un día después de su aniversario luctuoso.
Honor a quien honor merece, ya que no hay montañas lo suficientemente altas (en alusión a “Ain’t No Mountain High Enough” de Marvin Gaye) y tampoco hay estruendos (“Thunderstuck” de AC/DC) tan agudos en los triunfos como en la derrotas: Al final solo hay himnos del deportivos.
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