Ciudad de México.- “Amor con amor se paga”... fueron las primeras palabras de Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia por Morena y la alianza Juntos Haremos Historia.
Tomó su lugar en el centro, arriba de un templete en medio de las canchas de tierra suelta y polvo del deportivo Santa Cruz Meyehuelco, en Iztapalapa.
“Quiero pasar a la historia como un buen presidente... no les voy a fallar”, insistió una y otra vez.
Alrededor de 15 mil personas lo recibieron con matracas, porras y aplausos. "¡Presidente, presidente, presidente...!”, los gritos en coro lo interrumpieron momentáneamente.
El tabasqueño fue recibido como rock star, con alaridos de jóvenes, gritos de euforia de las señoras y silbidos de hombres, algunos de bigote y sombrero.
“Se va a acabar la corrupción... Me canso ganso... nada por encima de la ley... vamos a bajar los altos sueldos de los funcionarios públicos... van a ganar más los de abajo”, repitió las mismas promesas de hace tiempo a sus seguidores quienes aplaudían cada frase improvisada de su líder.
Los morenistas Claudia Sheinbaum, candidata a jefa de gobierno; Gerardo Fernández Noroña, candidato a diputado federal; Clara Brugada, candidata a la alcaldía de Iztapalapa y Martí Batres, candidato a senador lo escoltaban a cada lado.
Tinieblas, el ex luchador, rondaba por ahí. Escuchó con atención, en silencio, al hombre de cabeza blanca quién asegura que volverá a Iztapalapa como presidente electo. Es otro ring, podría ser otra revancha, pero el amigo de Alushe no se quitó la máscara.