¡Despierta, México! La indiferencia también es complicidad
Mientras millones protestan en EU por su democracia, en México impera la apatía ante la censura y el autoritarismo.
La democracia mexicana atraviesa por una de sus etapas más frágiles, y lo más preocupante no es únicamente el actuar del régimen actual, sino la indiferencia con la que gran parte de la sociedad observa la erosión de sus libertades. Mientras en Estados Unidos millones de ciudadanos salieron recientemente a las calles para manifestarse contra los intentos autoritarios de Donald Trump, en una jornada nacional llamada “No Kings Day”, en México, la pasividad parece ser la respuesta predominante ante decisiones que atentan contra la democracia.
En los últimos años, el país ha sido testigo de una serie de acciones por parte del gobierno federal que, lejos de fortalecer las instituciones democráticas, han significado retrocesos significativos: militarización de la seguridad pública, imposición comunista en los libros de texto de la SEP, desmantelamiento del sistema de salud, y ahora, una controvertida “ley censura” que amenaza directamente la libertad de expresión y podría facilitar el espionaje contra ciudadanos.
De la protesta al conformismo: el contraste que debería alarmarnos
El contraste con lo que ocurre en otras democracias es alarmante. Mientras en otras latitudes la ciudadanía se moviliza activamente ante cualquier amenaza autoritaria, en México, incluso los ataques más frontales a la división de poderes o a la autonomía judicial apenas provocan algunas protestas aisladas. Este “valemadrismo” colectivo parece haberse instalado como una actitud nacional que permite que el poder se imponga sin resistencia.
¿Dónde quedó la lucha de décadas contra el autoritarismo de partido único? ¿Qué pasó con esa sociedad que buscaba democracia, transparencia y respeto a los derechos humanos? Hoy parece que muchas personas no se han dado cuenta —o prefieren no hacerlo— de que muchas de las libertades conquistadas se están perdiendo, y que con cada año de indiferencia, es más difícil recuperarlas.
Urge una conciencia democrática real
Más allá de partidos o ideologías, lo que México necesita es generar una conciencia épica sobre la importancia de defender la democracia. Ser demócrata no es solo votar cada seis años, sino estar dispuesto a alzar la voz, protestar y exigir respeto a los derechos y libertades fundamentales.
Es momento de dejar de comportarnos como súbditos, como mantenidos o como esclavos de un poder que cada día quiere controlarlo todo. La defensa de la democracia no es responsabilidad de unos cuantos; nos corresponde a todos. Porque si no despertamos ahora, podríamos heredarles a nuestros hijos un país sin libertades, sin derechos y sin futuro. Date cuenta, compadre.