Cada día hay más demócratas que en Estados Unidos se dan cuenta de que van a perder la presidencia si su candidato es Joe Biden. Esto empujó a los demócratas importantes que habían decidido dejarle al presidente el paso libre la reelección a reconsiderar esa decisión. Muchos ya no ocultan el miedo de que algo impensable ocurra con la salud de Biden. Su gran pesadilla es que eso los obligue a encontrar a última hora a un candidato emergente.
Además, le aclaro desde el principio, ese candidato no será Kamala Harris. La vicepresidenta se quedó corta en expectativas y nadie la quiere en la presidencia. Ahora Biden se niega a reemplazarla, porque eso enviaría un mensaje de debilidad.
Toda esta inquietud sobre la edad y la salud del presidente obligó a la campaña demócrata a emitir un parte médico afirmando que la salud de Biden es buena y que el presidente no padece afecciones que pongan en peligro su vida. El presidente mide 1:80 estatura, pesa 80 kilos y tiene un índice de masa corporal de 24.1. No bebe alcohol y jamás ha fumado. Ciertamente, para su edad, está saludable. La gran pregunta es si está fuerte para aguantar el ritmo endemoniado de una nueva campaña presidencial, y de cuatro años de una de las presidencias más desgastantes en el mundo.
El doctor Kevin O’Connor, médico de cabecera del presidente, emitió un reporte aclaratorio afirmando que a Biden, con cirugía, le extirparon varios cánceres de la piel no relacionados con melanomas y le trataron varias lesiones precancerosas antes de que fuera elegido presidente. En febrero de este año, otra vez, a Biden le extirparon una pequeñísima llaga cancerosa del pecho. Fue un carcinoma basocelular posiblemente por largas exposiciones al sol. Hoy, este tipo de cáncer es tratado y controlado
Con todo lo anterior, el miedo de los demócratas es ya manifiesto. Joe Biden cumplió 81 años el 20 de noviembre, y la presidencia estadounidense, que tradicionalmente llena de canas las cabezas de los presidentes más jóvenes, puede ser muy pesada y hasta fatal para un octogenario.
La primera indicación de que los demócratas no quieren sufrir un susto mayor está en el hecho de la formación de por lo menos dos docenas de PAC’s o Comités de Acción Política, tres de ellos formados por gobernadores del mismo partido que Biden.
¿Qué es un PAC’s? “Political Action Committee”
En EE. UU., un Comité de Acción Política (PAC) es una organización legalmente conformada, para recibir y reunir contribuciones de dinero privado para las campañas de los políticos que los miembros del comité favorecen. Los PAC’s, usan esas donaciones privadas para pagar por publicidad a favor de sus candidatos, y en contra de sus opositores.
Lo grave es que los PAC’s, que están siendo formados por los gobernadores demócratas, no son para beneficiar a Biden, sino para beneficiar a otros políticos demócratas que podrían reemplazarlo como candidato en la próxima elección presidencial.
En EE. UU. el gobierno tiene prohibido usar dinero público para las campañas políticas. Nadie se mete a la política estadounidense para hacerse rico.
Aquí los partidos políticos no deciden quienes son los candidatos, aquí los candidatos se ganan el puesto y al final el apoyo del partido.
¿Quiénes son los demócratas que quieren ser candidatos?
Hace varias semanas que cinco gobernadores formaron grupos exploratorios, y tres de ellos fueron más lejos formando PAC’s.
¿Qué los motivó? ¿Rebeldía? ¿Olfato político y ambición? ¿Falta de paciencia?… o los cuatro sentimientos juntos:
- Gretchen Whitmer gobernadora de Michigan formó el PAC, “Fight Like Hell"- ‘Pelea como si fuera el Infierno’.
- Gavin Newsom de California formó el PAC, “Campaign for Democracy”, ‘Campaña por la Democracia’
- J.B Pritzker Gobernador de Illinois formó el PAC, “Think Big, America” 'Estados Unidos, Piensa en Grande’.
Estos comités significan, que los tres se están alistando para asumir la candidatura demócrata en caso de que Biden entre en razón a tiempo y se haga a un lado. Aunque el presidente dice estar seguro, que él ganará en noviembre del 24.
Quedan además también otros 5 posibles aspirantes;
Josh Shapiro, gobernador de Pennsylvania, Phil Murphy, gobernador de Nueva Jersey, Cory Booker, senador, también por Nueva Jersey, Mark Kelly senador por Arizona. Además, hay un congresista de nombre Ro Khana, que tiene mucha labia, poca estatura política y también obviamente su corazoncito.
El dinero es el principal actor de las campañas políticas estadounidenses
Aquí, el dinero es la sangre que le da vida a las campañas políticas-el que recoja más millones en donaciones de la gente, tiene ciertamente más ventajas, pero no la victoria asegurada.
Los candidatos ricos contra los candidatos pobres
Una razón por la que usted no ve a decenas de políticos demócratas intentando desbancar a Joe Biden como candidato presidencial, es que no cualquiera tiene ni los millones en el banco, ni la organización para convertirse en candidato nacional.
Financiar una campaña presidencial en Estados Unidos requiere de cientos de asesores políticos, de decenas de asesores de imagen, de docenas de redactores de discursos, y sobre todo de estrategas de campaña, estos últimos trabajando desde los 50 estados de la unión, y toda esa gente cobra por sus servicios. Y cobra mucho. Y luego están los gastos de publicidad en televisión, radio, internet y prensa escrita.
A espaldas de Biden y a la calladita, hay demócratas dispuestos a pelear por la grande
Los demócratas, sobre todo los de la próxima generación, dicen apoyar la reelección de Biden, pero están trazando líneas de batalla para pelear por la Casa Blanca… ¡Sin Biden!
Todo este movimiento, que está ocurriendo con gran discreción, incluye maniobras políticas, y alianzas complicadas. La principal, nadie puede asumir que a pesar de la aparente salud del presidente, la suerte o el destino, podrían jugarle chueco al país, dándole un susto mayor con la salud de Biden.
La Convención Nacional Demócrata será hasta el próximo agosto: Son nueve meses en lo que todo puede pasar
Ahora el tiempo es crucial. En Estados Unidos hay una sola elección presidencial nacional que es validada por los 50 estados y cada uno tiene reglas distintas. Cada estado decide, qué candidatos reúnen las condiciones para aparecer en las boletas presidenciales de votación, representando a cada uno de los dos partidos principales. Los estados, de acuerdo a sus propias reglas individuales, deciden, también, quienes califican como candidatos presidenciales independientes.
Eso significa que si Biden abandonara la contienda antes de finales de este año, probablemente aún habría tiempo para que los otros posibles precandidatos obtengan suficientes boletas estatales para determinar la nominación.
Pero si Biden saliera después del 1 de enero, ya no habría tiempo para que suficientes estados incluyan a otros candidatos en las papeletas de votación. (“Ojo” recuerde que la posible salida de Biden es hasta hoy solamente especulación) Así, la pelea por la nominación presidencial tendría que ocurrir en la convención demócrata en Chicago.
La otra posibilidad que Biden, ya en marcha en la Convención Nacional Demócrata en agosto, reúna a la mayoría de los delegados a la convención a su favor y les pida que apoyen al candidato o candidata que surja de la misma convención. Esto no ha ocurrido en más de 100 años, pero es posible.
Las convenciones políticas de los demócratas y los republicanos en Estados Unidos fueron creadas para que los 535 delegados representando a cada distrito electoral y a los 50 estados voten y de ahí salga un candidato con la mayoría de los votos. Pelear por los candidatos en la convención ya no se usa y generalmente la nominación de los partidos las ganan los dos candidatos con más votos en las elecciones primarias.
Buenas y malas noticias para Biden
Las buenas son que en las elecciones locales de este mes, la estrategia diseñada por el presidente resultó ganadora. La gente de Estados Unidos se unió en rechazar a la insistencia republicana de prohibir al aborto como opción nacional. Eso significa que los demócratas pueden ganar el próximo noviembre, si se montan en su macho y usan el derecho de las mujeres al aborto como su lema principal.
Las malas son que la gente ya no quiere a Biden como el candidato demócrata, y que muchos lo consideran senil. Sorprendentemente, Donald Trump es un septuagenario, y a nadie parece inquietarle. En las últimas encuestas nacionales de las últimas tres semanas, Biden es derrotado consistentemente por Trump.
Por eso los demócratas están tomando medidas drásticas. Y aquí le voy a dejar algo para pensar.
Desde la Guerra Civil en 1860, Jimmy Carter ha sido el único presidente demócrata, que ha perdido su reelección. Todos los demás presidentes recientes que han tenido un solo mandato, incluido Trump, han sido republicanos. Hoy los demócratas ya no quieren a otro Carter en el 24.
Piense también en lo que significa que cinco gobernadores demócratas hayan puesto sus motores en marcha, y que solo estén esperando la señal para reemplazar al candidato Joe Biden.
