La razón por la que debes tapar tus imágenes religiosas durante Semana Santa

Cubrir las imágenes de los santos y crucifijos durante Semana Santa y Cuaresma es una práctica que, si bien no es obligatoria, si es una tradición en diversas regiones del país donde ciertas costumbres católicas siguen muy presentes en la vida de los creyentes.

Tradicionalmente, en la religión católica se cubren las imágenes de santos y crucifijos con telas moradas durante la Semana Santa, y en algunas regiones desde el inicio de la Cuaresma.

Esta práctica representa el duelo, luto y respeto por la muerte de Jesucristo. Es por eso que se utiliza el color morado, el cual simboliza misterio, espiritualidad y, sobre todo en la religión cristiana, lo celestial.

Desde la Cuaresma hasta el Domingo de Resurrección, la iglesia católica invita a sus fieles a reflexionar y llevar una vida más humilde como parte de la preparación espiritual antes de la Pascua. Es por eso que no se come carne los viernes, lo que representa el ayuno, y se lleva una vida más sencilla lejos de los lujos y distracciones.

Debido a este periodo de tristeza, cubrir santos, imágenes y crucifijos con un velo de color morado ayuda a que los fieles no distraigan su mirada y centren su atención en el proceso de conversión y la pasión y muerte de Cristo.

Para esto hay que tener en cuenta que las iglesias tienen esculturas y cuadros de cierta belleza que pueden robar nuestra mirada, y por ende, nuestra atención de lo que realmente importa en estas fechas.

Tapar las imágenes religiosas es una práctica que varía dependiendo de las costumbres locales, ya que mientras en algunas iglesias empieza desde el quinto domingo de Cuaresma (este 2024 fue el 17 de marzo), en otras desde el Miércoles Santo, o el Jueves Santo.

Luego de esto, el día en que se retiran las telas moradas es el Viernes Santo. En este día se comienzan a destapar poco a poco las imágenes relacionadas con la crucifixión de Jesús, para dejarlas al descubierto totalmente al finalizar el día.

Por otra parte, en algunas partes de México, esta práctica se mantiene durante los tres días principales: Jueves, Viernes y Sábado Santos. Solo hasta la Vigilia Pascual o de Cuaresma, que inicia en la noche del Sábado Santo y que simboliza el sepulcro y descenso al abismo de Jesús, es cuando se descubren las imágenes y los crucifijos en su totalidad.