Logo Inklusion Sitio accesible
FIA2026.png

Venezuela: El espejismo del diálogo y la cruda realidad de una dictadura que gobierna con terror

Tras 26 años de intentos fallidos, el concepto de “solución pacífica” para la dictadura en Venezuela ha perdido su sentido para muchos.

Durante más de dos décadas, la palabra “diálogo” ha resonado en Venezuela como una promesa de cambio que nunca llega. Desde hace 26 años, los venezolanos han participado en mesas de negociación en distintos países, con mediadores internacionales y acuerdos que terminan en papel mojado.

Sin embargo, la historia es cíclica y cruel: Cada vez que el régimen de Maduro se sienta a negociar, el resultado no es la paz, sino el aumento de presos políticos, el exilio masivo y una represión más feroz. El diálogo no ha sido una vía de escape, sino una estrategia de la dictadura para oxigenarse, ganar tiempo y desarticular la presión interna y externa.

La ONU ya habló sobre la situación en Venezuela: No es política, son crímenes

A menudo se escucha la pregunta: "¿Dónde está la ONU?” . La realidad es que la organización ya ha actuado a través de sus informes técnicos. No se trata de una narrativa política o de una opinión partidista; es una acusación documentada.

La ONU ha corroborado la existencia de crímenes de lesa humanidad en territorio venezolano. Hoy, de lo que realmente se debe hablar es de las torturas, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales. Ignorar estos hallazgos bajo el manto de la diplomacia es cerrar los ojos ante una realidad que ya no admite dudas.

El robo de la esperanza y la farsa electoral en Venezuela

¿Qué se puede esperar de un régimen que se roba las elecciones frente a los ojos del mundo? La insistencia en una “solución pacífica” choca con un muro de realidad cuando el poder reprime a su propio pueblo por protestar y encarcela a cualquiera que piense distinto.

Cuando una de las partes no respeta las reglas básicas de la democracia y usa la fuerza para anular la voluntad popular, la palabra “paz” se convierte en un concepto hueco. No se puede pedir una salida electoral a quienes han convertido el voto en una herramienta de control y fraude.

La paz no se negocia con el terror

La paz verdadera no existe cuando el poder se sostiene con armas, con miedo y con la cárcel. Hablar de una salida negociada sin reconocer que se enfrenta a una dictadura es, en esencia, normalizar lo inaceptable.

Hoy, en el punto en el que se encuentra Venezuela, la paz no puede ser un objeto de cambio mientras una de las partes gobierne mediante el terror. Insistir en la diplomacia tradicional, sin exigir consecuencias reales por los crímenes cometidos, es una forma de complicidad que solo prolonga el sufrimiento de millones.