Ante la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, y con la amenaza de una posible intervención extranjera, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lanzó una pregunta sobre la arena internacional de si las Naciones Unidas podrían actuar como un mediador para evitar un "derramamiento de sangre".
Recientemente, el presidente Trump ordenó un bloqueo total de los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela, además de que aumentó su ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro.
"Un llamado a las Naciones Unidas a que asuma su papel, no se le ha visto, que asuma su papel para evitar cualquier derramamiento de sangre y que se busque siempre la solución pacífica de los conflictos", dijo en su conferencia mañanera de este miércoles.
Sin embargo, detrás de la retórica diplomática y la exigencia de paz, existe una realidad política y legal que mantiene a las Naciones Unidas paralizada: el organismo tiene las herramientas teóricas para intervenir, pero está políticamente bloqueado por los mismos actores del conflicto.
#EnLaMañanera | La presidenta @Claudiashein llamó a que cualquier controversia o conflicto entre #Venezuela y #EU se resuelva de manera pacíficahttps://t.co/rj2s5hcT4V pic.twitter.com/oanl5K9raa
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) December 17, 2025
¿Podría la ONU intervenir para frenar el conflicto entre Venezuela y Estados Unidos?
Aunque la Carta de las Naciones Unidas (en su Capítulo VI) faculta al organismo para mediar en disputas, en la práctica existe un "candado" institucional insalvable: el Consejo de Seguridad.
Para que la ONU pueda imponer una medida vinculante o condenar una posible intervención militar, necesita la aprobación de este Consejo. El problema radica en que Estados Unidos es uno de los cinco miembros permanentes con derecho de veto.
Esto significa que cualquier resolución que intente frenar las sanciones o acciones militares de Washington será vetada automáticamente por el propio embajador estadounidense. Asimismo, si Estados Unidos buscara legitimar una intervención en Venezuela bajo la bandera de la ONU, Rusia y China (aliados de Caracas y también con poder de veto) bloquearían la medida.
De esta manera, la capacidad de maniobra del Secretario General, António Guterres, se reduce a la "diplomacia silenciosa". Puede ofrecer sus "buenos oficios" para sentar a las partes a negociar, pero solo si ambas aceptan voluntariamente.
