Carmen habla con su hijo Francisco, junto a él recuerda todo lo feliz que llegó a ser con Enrique, le cuenta cómo planeaban llenar su casa de hijos y más hijos, en eso Carmen decide avisarle a sus hijos que su padre no va a regresar, que él tiene otra familia con otros dos hijos y que más vale que se acostumbren a esa ausencia, pero que sobre todo estén dispuestos a apoyarla tanto emocionalmente como en la casa. Y si bien Carmen está intentando dar una imagen de una mujer fuerte afrontando las adversidades de su matrimonio, pero en realidad se está muriendo de la tristeza y del corazón roto que Enrique le dejó.