La abrupta cancelación del combate entre Jake Paul y Gervonta Davis, programado originalmente para noviembre, no significó un freno para los planes del creador de contenido convertido en boxeador. Por el contrario, abrió la puerta a una posibilidad que hace apenas un año parecía impensable: un enfrentamiento contra el excampeón mundial de peso pesado Anthony Joshua.
El duelo con Davis quedó fuera de agenda después de que el equipo de Paul, Most Valuable Promotions, anunciara la suspensión del evento debido a las graves acusaciones legales que rodearon al boxeador estadounidense. Sin un rival confirmado y con la intención de mantener su compromiso con Netflix, plataforma con la que firmó un acuerdo para transmitir sus peleas, Paul y su promotora comenzaron a buscar una alternativa de gran impacto mediático.
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Fue entonces cuando el nombre de Anthony Joshua comenzó a tomar fuerza. Reportes en Estados Unidos y el Reino Unido señalaron que ambos equipos iniciaron conversaciones formales para concretar el duelo antes de que termine el año. La propuesta, según estas fuentes, habría llegado acompañada de una oferta económica contundente por parte del equipo de Paul, con el objetivo de convencer a Joshua y a su entorno
El propio promotor de Joshua, Eddie Hearn, ha reconocido públicamente la existencia de negociaciones. Aunque dejó claro que no se trata de un combate de exhibición, sí precisó que el formato podría adaptarse para ajustarse al perfil mediático de Paul y a las necesidades comerciales del evento. Aun así, Hearn insistió en que la pelea sería bajo reglas oficiales de boxeo y que Joshua se está preparando para volver a un ring tras las derrotas sufridas en años recientes.
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A pesar del entusiasmo mediático, el propio Paul publicó recientemente un mensaje en redes sociales en el que sugería que la fecha aún no estaba cerrada, insinuando que el acuerdo todavía tiene puntos por resolver. Sin embargo, tanto en su entorno como en el de Joshua se reconoce que la intención está ahí y que ambos están dispuestos a llegar a un acuerdo si los términos finales resultan satisfactorios.
De concretarse, la pelea tendría una enorme atención global: un excampeón olímpico y referente del peso pesado enfrentándose a una de las figuras más influyentes del entretenimiento digital. Para Netflix, representaría otro paso en su ambiciosa incursión en los deportes en vivo; para Paul, sería la prueba definitiva; para Joshua, una exposición masiva y un combate altamente rentable.


