En la NFL, diciembre no perdona, o encuentras la manera de ganar aun con problemas, o el calendario te cobra la factura en forma de eliminación. Para Baltimore, el cierre de temporada se convirtió en una carrera contra el reloj y contra la incertidumbre, con la presión de sacar resultados inmediatos fuera de casa y con la mirada puesta, inevitablemente, en lo que ocurra con Pittsburgh.
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Lamar Jackson en duda para enfrentar a Green Bay
Lamar Jackson está en duda para el partido contra los Green Bay Packers, después de no entrenar en toda la semana por una contusión en la espalda, situación que lo deja con estatus de “doubtful” en el reporte de lesiones. En caso de no jugar, la alternativa para Baltimore apunta a Tyler Huntley como titular.
El contexto hace que la ausencia potencial sea todavía más pesada. Los Ravens llegan con marca de 7-8 y se juegan su “última carta” en términos prácticos: si pierden en Green Bay, sus posibilidades de seguir con vida en la temporada se terminan por completo. La lectura de la semana es directa: Baltimore necesita ganar sus últimos dos partidos y, además, requiere que Pittsburgh pierda ambos para abrir una puerta real en la división.
Bajo ese escenario, un triunfo en Lambeau Field mantendría opciones, pero no basta con eso. Baltimore también necesita que los Steelers caigan el domingo en Cleveland, lo que dejaría servido un cierre de temporada con sabor a eliminación directa: un duelo “todo por el todo” en la Semana 18 en Pittsburgh ante el mismo rival divisional.
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Jordan Love tampoco enfrentaría a los Ravens
La semana, además, no solo trae dudas del lado de Baltimore. Del lado de Green Bay, el propio reporte médico incluye a Jordan Love como cuestionable, lo que añade más variables a un juego que ya de por sí luce cargado de tensión y urgencia.
Con Lamar entre algodones y el margen de error en cero, el mensaje para los Ravens es simple ya que si quieren que la temporada siga, necesitan que el plan funcione… y que su líder esté en condiciones de ejecutarlo.
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