Por la mañana se anunció que el partido más esperado de la semana, el de los Patriotas contra los Jefes, se posponía para el próximo lunes o martes, debido a algunos casos de Covid-19 detectados en ambos equipos, entre ellos Cam Newton, quarterback de Nueva Inglaterra.
Los temores apuntan a que ni siquiera se pueda jugar en los días mencionados inicialmente, tal como pasó con el encuentro entre los Titanes de Tennessee y los Acereros de Pittsburgh. Esto ocurriría si surgen más positivos en el interior de alguno de los equipos.
“En consulta con expertos en enfermedades infecciosas, ambos clubes están trabajando en estrecha colaboración con la N.F.L. y la N.F.L.P.A. para evaluar múltiples contactos cercanos, realizar pruebas adicionales y monitorear los desarrollos ”, dijo la liga en un comunicado. “Todas las decisiones se tomarán teniendo en cuenta la salud y la seguridad de los jugadores, el equipo y el personal del día del juego como nuestra principal consideración”.
— NFL (@NFL) October 3, 2020
Esta situación ha puesto en duda los protocolos de la liga, que decidió abstenerse de jugar su campaña dentro de una burbuja, como lo han hecho la NBA, la MLS y la NHL. El emparrillado siguió la estrategia de las Ligas Mayores de Béisbol, en la cual los riesgos de contagio se reducen a la disciplina que puedan tener los jugadores y miembros de las franquicias: distanciamientos social, restricciones en los vestidores, y otras medidas cautelares.
Los jugadores tienen permiso de interactuar con sus familias y otras personas fuera de la NFL, lo que aumenta las probabilidades de infectarse. Las consecuencias apuntan a que la organización tendría que apretar las condiciones disciplinarias si no quiere verse obligada a pedirle a los equipos la creación de 32 burbujas individuales para continuar hasta el final de la temporada y llevar a cabo el Super Bowl en febrero, como está estipulado en la agenda.
Las tres primeras semanas de partidos se llevaron a cabo con total normalidad (dentro de lo que cabe, pues la mayoría de los estadios aún exhiben sus gradas completamente vacías). Sin embargo, el caso Tennessee-Pittsburgh, reprogramado para el 25 de octubre, y ahora el Pats-Kansas, ha bajado de su nube a los directivos, enseñándoles lo difícil que es contener el virus fuera de su círculo.
“Seguiremos la guía de la NFL con respecto a nuestro viaje programado a Kansas City y el partido contra los Chiefs. La salud y la seguridad de nuestro equipo, así como la de nuestro oponente, son de máxima prioridad”, manifestó Nueva Inglaterra en un comunicado, al tiempo en que se dio la noticia de que no harían el viaje a Kansas. El equipo está en standby hasta nuevo aviso, y han pedido a jugadores y staff estar atentos a cualquier anuncio, cada uno desde su casa.

La NFL, dirigida por el comisionado Roger Godell, ha intentado mantener una conducta intachable en los miebros de los equipos. Cinco entrenadores en jefe han sido multados con decenas de miles de dólares por no usar el cubrebocas como está estipulado. Con los nuevos casos de contagios, tendrán que intensificar las medidas, y quizá el rigor
de los castigos. “Si vamos a jugar una temporada completa e ininterrumpida, todos debemos seguir comprometidos con nuestros esfuerzos para mitigar el riesgo de transmisión del virus”, declaró Troy Vincent, vicepresidente ejecutivo.
Statement from the New England Patriots. pic.twitter.com/eSTUukh5vl
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