La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través de una investigación impulsada por expertos del Instituto de Investigaciones Biomédicas, reveló que los bebés que nacen en la Ciudad de México (CDMX) tienen “huellas” de contaminación atmosférica en su material genético y pueden sufrir mutaciones.
El estudio se realizó de 2014 a 2016, con apoyo de 300 mujeres y sus bebés recién nacidos en el norte de la CDMX y la alcaldía Iztapalapa, ya que se analizaron los niveles de material particulado —PM 2.5— y Ozono reportado por la Red Automática de Monitoreo Atmosférico de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), que apuntaron es en esta zona, en la que se registra la mayor parte de contaminación atmosférica en la capital del país.
La investigación también contempló a madres no fumadoras o que convivieran con una persona fumadora. Para su ejecución, las participantes fueron sometidas a pruebas de sangre, así como a tomas del cordón umbilical de sus recién nacidos.
Según indicó la académica del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, María Eugenia Gonsebatt Bonaparte, existen diversas investigaciones en las que se establece cómo el aire contaminado que respiran las mamás llega a los bebés, por lo que algunas partículas que circulan en el aire se unen con material genético y se forman sustancias químicas que alteran el desarrollo del menor.
Consideramos las partículas como indicador de que había contaminación y observamos que, mientras más expuestas estaban las mamás y los bebés, más aductos de hidrocarburos tenían en su material genético y más daño en sus células sanguíneas. Además, observamos que a mayor exposición, hay un menor peso y tamaño de los bebés al nacer.
¿Cuáles son las huellas que la contaminación en CDMX deja a los recién nacidos?
Gonsebatt Bonaparte explicó que la quema de combustibles como la gasolina y el gas, así como los incendios forestales, liberan partículas que reaccionan con nuestras células y se unen al material genético, lo que produce los famosos “aductos”, que pueden causar mutaciones en nuestro ADN y son considerados peligrosos para el desarrollo humano.
Ahora bien, el estudio de la UNAM reflejó que las “huellas” de contaminación atmosférica que afecta a los recién nacidos se manifiestan principalmente en el daño genético, como:
- Bajo peso
- Baja talla al nacer: cuando un individuo se encuentra bajo 2 desviaciones estándar para su edad, sexo y población
Las alteraciones anteriormente mencionadas pueden producir efectos negativos en la salud de los bebés, así como su a lo largo de su crecimiento. La científica de la UNAM añadió que hasta ahora no han podido corroborarse cuáles son; sin embargo, el análisis considera el posible desarrollo de algunas enfermedades en vías respiratorias como asma o cáncer.
“No podemos asegurar que eso va a pasar con los niños, pero es una luz roja o amarilla, al menos para seguir monitoreando la contaminación, no cesar en la lucha por disimularla; que se sigan implementando medidas para reducir las contingencias y los incendios en la Ciudad de México”, expresó la experta.
Límites de contaminación en la CDMX no son contemplados por la OMS
La académica María Eugenia destacó la importancia de continuar la investigación en la materia, así como evitar, en medida de lo posible, incendios, la quema de combustibles al aire libre y disminuir el uso de coches con mala combustión, eligiendo autos híbridos o eléctricos, entre otras medidas que puedan frenar la contaminación atmosférica.
“En partículas PM 2.5 y PM 10, los estándares que tenemos en la CDMX están por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)", alertó Gonsebatt, quien incitó a las autoridades a establecer protocolos adecuados en materia de contaminación.
Por último, añadió que estudios como el reciente ayudan a prevenir los riesgos en las infancias, así como apoyar a una solución a largo plazo para las mamás y sus bebés.
