Para las comunidades apícolas, la muerte masiva de abejas es una emergencia ambiental, esta es la sensación que se vive en el campo de Hopelchén, Campeche donde la extensión de los campos agrícolas son proporcionales al enojo e impotencia de los apicultores.
Apicultores señalan tener evidencia de esta muerte masiva de abejas en toda la región de los chenes. “Estas son pruebas, suficientes para poder nosotros exigir que se declare zona de emergencia Hopelchén, porque no estamos inventando, hay pruebas, resultados”, aseguró Leydi Pech Martín, apilcultora campechana.
¡Muerte masiva de abejas! Apicultores de Campeche piden declaratoria de emergencia
La muerte masiva de abejas afecta una actividad que se ha practicado entre las familias por varias generaciones. Las abejas forman parte de un ecosistema donde los apicultores las han hecho parte de su familia, y verlas morir, es como perder a un ser querido.
Muerte masiva de abejas deja pérdidas millonarias en Campeche
El problema es más grande de lo que se había pensado, así lo exponen los resultados de estudios realizados por el Colegio de la Frontera Sur, donde ya se detectó el uso de plaguicidas altamente peligrosos.
“Desde el 2012 para acá adelante empezó y ahorita ha incrementado”, puntualizó Jorge Pech Martín, apicultor de Hopelchén, Campeche.
“Ya existe un documento de Ecosur en donde nos dice que el fipronil es el causante de la muerte de las abejas, pero el fipronil ya tiene rato que viene causando esos daños”, explicó José Manuel Poot, apicultor campechano. “Ya tenemos ahorita compañeros del Valle de Yohaltún en Champotón, en Escárcega, también el mismo producto está haciendo los mismos estragos que está haciendo aquí en Hopelchén”, agregó el apicultor, Benjamín Yeh Acosta.
Según el informe ya mencionado, las pérdidas económicas que en un principio databan de más de 12 millones de pesos netos, han sido superadas, ya que considerando la producción anual de miel que dejan los apiarios de Hopelchén, estamos hablando una pérdida neta de 335 millones de pesos que afectan a las personas que al quedarse sin colmenas, pierden un ingreso equivalente a 13 mil días de trabajo de todas las personas que colaboran en los apiarios de la región.
