Bajo la cuarentena del coronavirus, un aspecto de la Viena moderna podría resultarle conocida a quienes sufrieron las plagas del pasado: carruajes tirados por caballos que entregan comida a los que están en mayor riesgo durante la pandemia.
Los clásicos coches de caballos de Viena, conocidos como “fiaker”, han estado presentes en la capital austríaca desde que era el centro de un vasto imperio. Ahora viven del turismo y sus conductores ofrecen recorridos que pasan por lugares emblemáticos como la catedral y el antiguo palacio imperial.
Pero con los confinamientos impuestos por el coronavirus, algunos de esos conductores están ayudando a proporcionar comidas gratuitas a los ancianos, que están particularmente amenazados por el brote.
“No hay turistas, no hay nada de negocios y están todos en casa. Pero los caballos aún necesitan moverse”, dijo Christian Gerzabek, un conductor de fiaker a tiempo parcial y funcionario local en el distrito 13 de Viena del conservador Partido Popular.
“Mi idea era combinar lo práctico con algo bueno para las personas que lo necesitan”, agregó. “También es una pequeña señal de que, a pesar de todo esto, estamos aquí para la gente y nos alegra aportar nuestro granito de arena”.
Los hoteles tienen prohibido recibir turistas y el InterContinental Vienna no tiene huéspedes, pero ofrece comidas gratuitas a los ancianos en su vecindario, el tercer distrito de Viena, afuera del centro de la ciudad.
Gerzabek y otros dos conductores de fiakers se han unido a la iniciativa de entregar entre 250 y 300 comidas al día que prepara el hotel, también despachadas por automóvil y bicicleta. A partir del lunes, se enfocarán en el personal médico del turno de la noche en un hospital cercano.
