El pequeño Adán, de tan sólo seis años, acompañó al trabajo a su papá en la Central de Abastos de la Ciudad de México. Era 1990 y desde ese momento no volvió a saber nada de su familia.
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Han pasado 30 años desde que aquella tragedia le arrancara de golpe a su familia, iniciando los años de búsqueda más desesperantes y, a la vez, llenos de fe por volver a reunirse con los suyos.
El pasado lunes, la Comisión de la Búsqueda de Personas del Estado de México (Cobupem), institución a la que acudió para solicitar apoyo, informó que Adán se reencontró con su familia.
Durante todos estos años, el ahora adulto vivió en Poza Rica, pero siempre llevó en su corazón a su familia, lo que le motivaba para no rendirse en una búsqueda que parecía casi imposible. Fue gracias a su esposa que continuó, pues ella lo impulsó a iniciar una averiguación exhaustiva para dar con las personas que le dieron la vida.
Ante este apoyo, Adán envió una solicitud a la Cobupem, donde posteriormente lo llamaron para informarle que habían localizado a su hermana.
Me dijeron “ya encontramos a tu familia”, y yo dije “¿pues cómo la van a encontrar?”. Yo me puse a llorar, estoy bien agradecido, sentí, ahora sí, que volví a nacer, es una alegría muy grande
Aquel día, en el que Adán desapareció, encontró a otros niños de la Central de Abastos y en los días siguientes comenzó a vender chicles en la calle, hasta que una familia originaria de Veracruz lo apoyó y hospedó, fue así como logró terminar la primaria.
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Actualmente vive en Lolotla, Hidalgo, desde donde viajó a Toluca para reencontrarse con aquellos que dejó de ver hace 30 años; tras encontrarse con sus hermanas, Adán no pudo contener la alegría y ahora asegura que se siente más completo.
