A unos días del golpe de Estado, la empresa de telecomunicaciones Telenor informó este domingo que sus servidores fueron reestablecidos en Myanmar, luego de que autoridades militares ordenaran su suspensión.
De acuerdo con un informe de la empresa noruega, sus servicios de internet y telefonía ya operan con normalidad.
“Telenor Myanmar ha reestablecido sus redes nacionales, seguido de la instrucción emitida por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones de Myanmar”, informó a través de un comunicado.
Miles de personas han salido a las calles durante toda la semana para exigir la liberación de la líder del país, Aung San Suu Kyi, y las convocatorias a estas manifestaciones se realizaron a través de redes sociales, por lo que el gobierno militar de Myanmar solicitó el cierre de redes sociales y el bloqueo a las redes de comunicaciones.
PROTESTAS TOMAN FUERZA
Medios internacionales señalan que las protestas en Myanmar se han intensificado.
El testimonio de los habitantes sobre miedo es evidente: no quieren volver a los gobiernos militares que por más de 50 años azotaron al país con un régimen de terror.
La mayoría de los manifestantes son personas jóvenes, de entre 20 y 30 años de edad que están seguros de que no permitirán que los gobierne una dictadura militar.
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“Si no nos levantamos por nuestro país, por nuestra gente, nadie lo hará. El mal ha caído sobre nostros, y nunca los perdonaremos por los problemas que nos han traído”, afirmó Thaw Zin, un manifestante de 21 años.
El régimen militar gobernó Myanmar de 1962 a 2011, cuando finalmente llegó la apertura gubernamental junto con la liberación de la líder civil y activista Aung San Suu Kyi, quien fue arrestada nuevamente la semana pasada por militares que argumentaron un fraude en las elecciones realizadas en noviembre del año pasado.
El movimiento de desobediencia civil fue encabezado por médicos que abandonaron sus puestos de trabajo tras la llegada de militares que querían que sus familiares fueran los primeros en ser atendidos. Desde entonces, otros sectores de la población han entrado en paro y las manifestaciones multitudinarias no se han hecho esperar, usando el “saludo de los tres dedos”, famoso por la novela y saga cinematográfica de ‘Los Juegos del Hambre’, como señal de rebeldía y resistencia.
“Odiamos la dictadura. Todos sabemos lo terrible que fue”, dijo Maw Maw Aung, un protestante de 40 años de edad.
“No podemos vivir bajo las botas de los militares. Odiamos la dictadura, en serio la odiamos”, afirmó.
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