La Comisión Nacional de Derechos Humanos pedirá que se repare “integralmente el daño” sufrido por cinco ciudadanos mexicanos que se encontraban en un campamento del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio de Ecuador cuando fue atacado por el ejército colombiano en 2008.
Rosario Piedra, presidenta del organismo, recibió a familiares de cuatro jóvenes muertos en el ataque que tenía como objetivo a Raúl Reyes, segundo al mando de la organización que en ese entonces el gobierno colombiano catalogaba como terrorista y que durante cerca de 40 años libró una batalla contra el Estado en la que hizo sabotajes a instalaciones, secuestró ciudadanos colombianos y extranjeros y participó en el tráfico de drogas y la protección a grupos de narcotraficantes.
En el encuentro también participó Lucía Morett, la única sobreviviente, quien fue acusada por el gobierno de Ecuador de atentar contra la seguridad nacional y huyó hacia Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega la asiló.
La CNDH señaló que apoyará jurídicamente a las familias de los fallecidos y pedirá la “reparación integral del daño”.
Según la Comisión, Morett y los sus compañeros “han sido criminalizadas acusándoles de terroristas y narcotraficantes, en lugar de asumirlas como víctimas”.
