El calentamiento global no cede y los ecosistemas mexicanos sufren ya severos estragos. En el Día de la Tierra, investigadores de la Unviersidad Nacional Autónoma de México (UNAM) declararon oficialmente la extinción del glaciar Ayoloco, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl, por lo que ahora se espera una ausencia de agua en el ecosistema y que además traiga consecuencias en la regulación natural del clima.
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— Gaceta UNAM (@Gaceta_UNAM) April 20, 2021
Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica (IGf), y Anel Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural, escalaron el coloso junto a vulcanólogos y montañistas de la UNAM para colocar una placa firmada por la máxima casa de estudios, a 200 metros del refugio Otis McAllister, a cuatro mil 626 metros sobre el nivel del mar, en el costado poniente del Iztaccíhuatl.
“A las generaciones futuras: Aquí existió el glaciar Ayoloco y retrocedió hasta desaparecer en 2018. En las próximas décadas, los glaciares mexicanos desaparecerán irremediablemente. Esta placa es para dejar constancia de que sabíamos lo que estaba sucediendo y lo que era necesario hacer. Sólo ustedes sabrán si lo hicimos”, dice la placa que dejaron los investigadores.
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Menos agua, la principal consecuencia
Para Hugo Delgado, el principal efecto de la extinción del glaciar será la disminución de agua a la que tendrán acceso las comunidades aledañas. Además, sin grandes masas de hielo en las partes altas de las montañas, la temperatura aumenta y en consecuencia, disminuyen las lluvias.
Anel Pérez afirmó que la placa colocada sirve para demostrar la deshonra que acompañará en el futuro a las generaciones que no consiguieron salvar el patrimonio natural.
“Esta no es una placa de honor, es una placa del deshonre, de la vergüenza que nos da, no el cambio climático, sino la emergencia climática”, afirmó la investigadora.
Delgado añadió que con la desaparición del glaciar, que era visible desde el Valle de México, también se verán afectadas la flora y la fauna de la región.
“Si no cuidamos a nuestro planeta, éste se va a seguir extinguiendo. Los que tampoco vamos a seguir existiendo somos nosotros. En la medida en que lo protejamos, tendremos la posibilidad de darles un mundo mejor a quienes nos siguen, a nuestros hijos”, concluyó el especialista.
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