No se vale cargarle la mano a Diego Lainez. Menos ahora, como si fuera el único responsable por el fracaso de la Selección Mexicana en el Mundial Sub-20. Es cierto que el joven de 18 años tomó decisiones que no resultaron como habría querido. Pero como dice el dicho: “a toro pasado todo mundo es Manolete”, porque es fácil juzgar cuando ya se conoce la historia.
Sí, es cierto, en el Betis no tuvo los minutos ni progreso lo que esperábamos, él incluido. Qué sencillo es afirmar que en el Ajax, Lainez habría tenido una mejor incursión por Europa. Pero hace 5 meses, ¿cuántos creían que el equipo de la capital holandesa llegaría a semifinales de Champions League (más teniendo al Real Madrid como rival en octavos de final)?
Tampoco existía garantía de que el entrenador Erik ten Hag enviaría a la banca a David Neres, Dusan Tadic o Hakim Ziyech para cederle una plaza en el once titular a Lainez. Por otra parte, hace medio año el Betis ofrecía argumentos sólidos para potenciar a Lainez en el viejo continente. Tener otro mexicano (Andrés Guardado) que facilitara la adaptación de Lainez al equipo y a la ciudad andaluza.
Jugar con extremos; posición donde el joven mexicano destacó en el América. Que el entonces entrenador, Quique Setién es un estratega acostumbrado a apostar por jóvenes y que prioriza el juego ofensivo. En ese momento el Betis le ofrecía muchos minutos de juego, ya que tenía vida en la Europa League y Copa del Rey
Otra de las críticas contra Lainez es: haberse incorporado con menos de una semana de antelación a la Selección Mexicana para participar en el Mundial Sub-20. Pero ni siquiera habría que recordar que él no elabora los calendarios FIFA. Tampoco está al frente del área deportiva del Betis, para concederse permisos especiales, como dejar al equipo antes de que concluya la temporada.
Ya que el Mundial Sub-20 fue un fracaso para México, Diego es juzgado por haber asistido a este torneo en vez de la Copa Oro. Quizá sí, en el torneo de la Concacaf habría tenido la oportunidad de brillar por la disparidad que existe con los rivales de la Selección Azteca. Pero nuevamente, no fue Lainez quien tomó esta decisión, sino Gerardo Martino. La elección del “Tata” parecía la lógica, porque un mundial de categorías menores está diseñado para formar futbolistas, mientras que una Copa Oro es un tema comercial.
Cuando se juzgue a Diego Lainez, se debe recordar que es un joven que apenas alcanzó la mayoría de edad. Su problema no es la fiesta ni las malas compañías, sino quizá la falta de fortuna en los últimos meses. Pero queda la pregunta, ¿quién ha tenido un paso perfecto por la vida a los 18 años de edad?
Jorge Pinto
